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lunes, 10 de enero de 2022

Cazando el sol

Acabé el 2021 estrellada, pero si algo me ha traído el 2022 es una nueva oportunidad. Mi cuerpo empieza a responder a los estímulos y no puedo estar más agradecida por ello.

                                                 Tomando el sol a la noruega y disfrutando de las vistas

Cuando me levanto es sin duda el momento más crítico del día. Los pensamientos sobre cómo irá el día se hacen una montaña con frecuencia. 

Estas últimas semanas estoy leyendo un libro que me está ayudando con diversas técnicas en cuanto a pensamientos y estrés. Esto a la espera de empezar con una oferta de salud de la empresa y  otra de la sanidad pública en pocos días.

Cada mañana al despertarme cuando los pensamientos me intentan sabotear el día, respiro profundo, me miro al espejo y me digo: A refrescar la cabeza afuera. Llevándoles la comida a los animales, o simplemente en su compañía he encontrado una buena solución para canalizar estas situaciones de una forma efectiva. A Asbjørn también le gusta mucho. Son ratitos hermosos que pasamos juntos durante el día. Cuando están los niños es un gozo ver cómo disfrutan y aprenden junto a los animales.

Canela y Myrull. Desde que paso más tiempo con las ovejas, éstas han empezado a balar para que no me vaya, o para que les de más comida. Conectar y entender a los animales me hace sentir muy bien.

 

Capitán llegó hace unos meses al gallinero. Es amable y se emociona mucho cuando llevamos snacks como maíz.  Se los ofrece con gran orgullo a las gallinas. Es como una fiesta y me saca el malhumor de golpe.

Luna y Stjerna encima del armario de mi oficina casera. Siempre hacen buena compañía mientras teletrabajo entre otros momentos. Hoy he vuelto al trabajo al 50%. Estaba muy nerviosa al amanecer, pero la verdad es que ha ido bien y me acordaba de las cosas mejor de lo que creía.
 

Ir de excursión con frecuencia me está ayudando mucho. Me siento orgullosa porque al fin me he lanzado a ir con las raquetas de nieve yo sola. Casi cada día desde que el año empezó.  Una excursión de entre hora  y tres horas (dependiendo del día)  que me da la vida.

 
Aquí tenéis un selfie algo malogrado pero fue un momento de felicidad grande. Mi primera excursión en raquetas sola. Y alcancé el sol.
 

Me doy algunos pequeños lujos en mis excursiones. Como chocolate negro relleno de limón y jengibre. Buenísimo. Y sabe aún mejor cuando una ha estado en movimiento. 

Me siento estupenda en la naturaleza. Me encanta escuchar el ruido de la nieve bajo las raquetas y a los pajaritos canturreando. El otro día fue emocionante captar el sonido de mi corazón mientras caminaba a buen paso. Retumbando  en mis oídos,  en mis muñecas. La garganta vibraba. Me sentí muy viva.

El sol ahora está muy bajo. Esto regala colores inigualables en el cielo. En tres horas se puede pasar del gris, al rosado, azul eléctrico, amarillo o rosa fucsia. Un lujo visual.

 


Me despido por ahora con este par de fotos tomadas en mi última excursión. 

 Hasta la próxima.

jueves, 30 de mayo de 2019

Raíces

De vuelta al blog. Siempre digo que no tardaré en escribir y al final, entre una cosa y otra, desafortunadamente no encuentro nunca el momento. Empiezo en marzo. Tuvimos una Pascua con un sol radiante, hyttetur (excursión a una cabaña) con los niños y visita de mi hermana Berta. Lo pasamos bomba. Gracias por venir, tata.

En mayo cuando menos lo esperábamos volvió el invierno noruego. Grados bajo cero y frío pelón. Ahora parece que se va a estabilizar el tiempo. Al fin llegó la primavera a Buvika.



En la granja empezamos a adquirir plantas hace algunas semanas. La tierra de calidad para las macetas y las patatas las compramos en Felleskjøpet, la tienda de los granjeros en Noruega. Luego fuimos a Plantasjen a por flores y semillas. Y allí, de repente, en medio de la tienda, me quedé embobada. Ante mis ojos, una hilera de olivos preciosos a la venta. No me pude resistir y nos llevamos uno. Vuelta a mis raíces y lagrimillas en los ojos. Y es que en abril  mi chico y yo estuvimos nueve díasen Andalucía. Muchas emociones, paisajes impresionantes y excursiones bonitas. Centro de operaciones: Zuheros.



 Allí nació  creció mi abuelo materno. Gracias al primo de mi madre dimos con la finca de olivos de la familia.



También localizamos la tumba de mi bisabuela materna. No la conocí, pero una vieja carta que la familia conserva me hizo sentirla muy cerca. Orgullosa de que en mi familia haya tantas mujeres valientes. Luego llegó la última sesión del curso de pájaros. En seis días Doñana, El Rocío, Ronda y Tarifa, entre otras ubicaciones. Inolvidable.  


Y vuelvo a la granja. Tras las compras plantíferas, me lancé a llenar la terraza de margaritas, pensamientos y crásulas. Un poco de color nunca viene mal y alegra mucho la vista. Me encanta meter las manos en la tierra húmeda, llena de raíces y piedrecitas que se cuelan entre mis dedos.

También ha tocado revisar la tierra para ver qué plantamos. Las ganadoras son las patatas, las fresas y las zanahorias. También nos hemos animado con unos guisantes dulces, rábanos y coles. Para ello compramos una máquina manual de arar de segunda mano y la conectamos al tractor. Fascinante como las cosas más primitivas son las que más me relajan.



Luego llegó el turno de descubrir nuevas herramientas para hacer la tierra más uniforme.  Mientras esperamos que parara de llover para empezar a cultivar, podamos los arbustos de bayas  y venga a quitar malas hierbas. Como la tierra llevaba años sin usarse, necesitaba minerales y abono. Así que hemos estado alimentándola lo mejor que hemos sabido.


Por otro lado, hemos recuperado una "caja de cultivo" que había en la granja. Allí los niños van a hacerse responsables de su minihuerta. Aquí los triunfadores han sido el oregáno, la hierba de cebolla y la menta. Con el calor llegarán el basilico y la lechuga.

Compré un libro para gente que quiere empezar con el autoabastecimiento, Hannahs hage (El jardín de Hannah). Hace unos días el mayor lo estaba leyendo con interés. La verdad es que no estamos seguros de cómo va a salir todo pero ganas e ilusión no nos faltan.

Y al fin llegó la hora de plantar...

Marchando una de fresas



Patatas


                                                   Nuestros guisantes

Y ya paro con las fotos de la huerta (ejem)

En cuanto al trabajo, voy a toda máquina. En Trondheim aparte de las tareas escritas, tengo mucho contacto con los usuarios. Es un no parar. Y eso llena a una a la vez que la desgasta. La máquina de la empatía y la conciencia a veces me causa mis crisis, pero disfruto, me siento muy orgullosa y estoy aprendiendo mucho.  Sé que valgo para esto. Trabajar en Bienestar Social es, con sus pros y sus contras, el trabajo de mis sueños. 

Para frenar los efectos de un día con historias muy duras, nada mejor que un paseo por la granja. O pegarme un bailoteo en zumba y hacer mis pinitos en  body pump después del trabajo. Aunque últimamente he ido poquillo al gimnasio. Y cómo no ayuda hacer algo fuera de la oficina con la familia, amigas o los colegas. A finales de abril vinieron los colegas de Levanger a Trondheim. Fuimos a cenar juntos y venga a hablar y hablar. No los veía desde enero, pero con ellos es como si el tiempo no pasara.  Son geniales. Hace pocas semanas un compañero de trabajo de Trondheim nos invitó a su casa. Pizza, quiz y buenas charlas. Y la semana pasada la fiesta veraniega - aunque hacía rasquilla - de la oficina.Las fiestas noruegas son un tanto especiales. A ver si os cuento algún día.

Cambiando de tema, el que está hecho un artista es el pequeño de la casa. Tras unos meses de teatro en la escuela cultural municipal, llegó el turno de ver la obra teatral. Muy especial porque participaban niños y niñas de 7 a 15 años.  Además reservaron la sala de teatro Olavshallen de Trondheim con capacidad para 300 personas. Había dos funciones una a las 12h para las escuelas y otra a las 17h para familias y amigos. Así que me cogí libre del trabajo y me ofrecí de voluntaria detrás del escenario a las 12h. Muy emocionante ver todo lo que pasa y nadie ve cuando uno está como público. Maquillaje, disfraces, música, luces. El título de la obra: "Drømmefabrikken" (La fábrica de sueños). Trataba de los tipos de sueños, cómo se fabrican...Y lo más emocionante: que pasaría si desaparecieran. Llenaron en ambas funciones.


  Ay los sueños y el sueño. Recuerdo a aquel doctor que, cuando la vida me dio limones muy ácidos en el 2015, me dijo: "Tú no necesitas ninguna medicina para sentirte mejor y dormir. Coge tu bici y pedalea, sal a dar un paseo cada día, ves de excursión...Y no olvides tomar el curso de asertividad" Aquél día salí muy frustrada del consultorio médico. Hoy solo puedo sentir agradecimiento por tan valiosos consejos.

Desde entonces  y también gracias a mi chico, que es un apasionado de la naturaleza, me he interesado mucho sobre el concepto de la "medicina verde" (grønn medisin en noruego). La  idea es que el contacto con la naturaleza mejora la forma física y la salud mental. Para ello he leído libros, entrevistas,  asistido a conferencias y como no...paso tiempo en la naturaleza.  No soluciona los problemas o los retos que me plantea la vida, día a día,  pero me siento más capaz de hablar y afrontar las cosas, tanto cuando salen bien como cuando no.

Ahora  sí me despido con una foto de la fiesta nacional de Noruega. A la izquierda traje catalán (pubilla) y a la derecha traje típico noruego (Sunnfjord)



Y acabo de teclear esta entrada junto a mi olivo. Siempre allí para sacarme una sonrisa, recordarme de donde vengo y regalarme un pellizco de hermosa melancolía. Esta entrada va para mis padres. Hasta la próxima.



viernes, 4 de enero de 2019

Un giro de 180 grados

Año nuevo y la conciencia que me dice que tengo el blog olvidado. Ay, ay Lidia que se pone a escribir de nuevo. La vida ha dado un vuelco los ultimos meses. Y no sé  muy bien por donde empezar pero quizás mejor por el principio. Las novedades incluyen nervios, risas, alguna lagrimilla y mucha ilusión.

Os escribo desde mi nuevo hogar en Buvika, a unos 22 km de Trondheim. Aquí nos mudamos el 1 de noviembre mi chico y yo junto a los niños. Ellos están aquí a semanas alternas.

Cada día descubrimos cosas nuevas.  Hemos ido a parar lugar muy tranquilo donde se pueden ver las estrellas, oír los pájaros e ir de excursión con tan solo salir por la puerta de casa.

Junto a la casa hay un segundo edificio, el granero - corral. Y no podía faltar un tractor.  Sí, sí nos hemos mudado al campo. Al frente una cabaña pequeñita muy coqueta, que también pertenece a la finca. Bienvenidos a la granja.


La idea es cultivar zanahorias, patatas y bayas, y tener algunos animales con el tiempo. Hemos empezado con una linda gatita. Los niños han elegido el nombre. El ganador, Stjerna, que significa "estrella" en noruego. Para los españoles se pronuncia "estierna". Llegó la semana pasada y ya nos ha robado el corazón con sus monerías y travesuras.


Para recapitular un poco todos estos meses sin escribir, iré haciendo flash-backs. Espero que no resulte muy confuso.

En octubre fui con mis colegas del trabajo a Barcelona y les hice de guía. Reservé una furgoneta con conductor para los 9 del aeropuerto a su hotel y del hotel al aeropuerto. Salió perfecto y solo costó unos 10 euros por persona y trayecto. Yo pernocté en casa de mis padres y ellos en Poblenou, donde según me comentaron también se divirtieron mucho.

Estuvimos en la Sagrada Familia, Parc Guell, Barceloneta, los exteriores del Maremagnum...Dos días y tres noches. Lo pasamos bomba. Les enseñé mis lugares favoritos y los lleve a comer tapas y paella. Y como no...al mercado a comprar jamoncito y otros embutidos. Les encantó el pan con tomate y el fuet. También tuve oportunidad de  estar con la familia y quedada express con las amigas.

La estancia en Barcelona es junto al viaje de empresa a Suecia uno de los mejores recuerdos del 2018. Nos invitaron a todos los empleados a dos días y una noche a un resort y organizaron actividades divertidas, conferencias motivadoras (la oficina se traslada más lejos en dos años y hay lógicamente inquietud) y comida rica.

También en diciembre cumplí los cuarenta. Edad que marca un punto de inflexión que no de seriedad, como demuestra la sopresa de mis colegas de trabajo.  Toda la oficina llena de globos y fotos. Menudas risas nos echamos. Son muy buena gente.

 

No faltó una fiesta en casa con gente especial, y buena comida. Fue bonito recibir abrazos, postales y algunos regalos pensados desde el corazón. Y es que hacía muchos años que no organizaba un festejo de este calibre. Luego hubo fiesta tranquila en familia y fuimos a cortar el abeto de Navidad en nuestro bosque. Mi primera vez. Emocionante.

                             


Y que no se me olvide el calendario de adviento de este año, uno de actividades y libros y el otro, el calendario de agradecimiento. Este segundo es si cabe aún más sencillo que el primero. Solo se necesita una naranja, clavos y cada día se saca uno y se agradece algo a la vida. Pues aunque la vida duele a veces, y mucho, no hay que olvidar las cosas buenas.




También hice un curso de conducción sobre hielo en diciembre, pues ahora cojo el coche cada día desde casa hasta la estación de tren. En esta época del año, el tiempo puede dejar las carreteras con hielo, nieve pastosa etc. Muy útil y lo recomiendo a todos los que no se hayan sacado el carnet de conducir en Noruega. Confieso que aún sigo sudando la gota gorda con la conducción y la climatología adversa, pero espero conseguir vencer el miedo este 2019.

Los 40 vinieron de la mano de una muy buena noticia. Me hicieron fija en la oficina de bienestar social de Levanger. Una mezcla de orgullo y felicidad me invadió. Mi primer trabajo fijo desde que emigré en 2013. Al fin la lucha ha dado sus frutos y además me ha regalado el trabajo de mis sueños entre buenos colegas. No me lo podía creer cuando me lo dijeron.

A los pocos días llegó el dilema. Positivo, pero no deja de ser un reto. Me ofrecieron un trabajo temporal en otra oficina pública mucho más cerca de casa. Fue una decisión dificil. Todo vino de repente cuando aún estaba con la miel en los labios.

Ahora la decisión está tomada. Aprovechando que en Levanger me conceden una excedencia con reserva de puesto de trabajo, me he lanzado. Y este 2019 trabajaré aproximadamente 9 meses en Trondheim. Sigo en la oficina social, pero esta vez llevaré otro tipo de temas más relacionados con ayudas para personas que padecen situaciones extremas. Ya os contaré.

Luego llegó el turno de celebrar las fiestas navideñas en familia. Primera parada Noruega y segunda en Catalunya. Es entonces cuando uno hace balance del año. Punzadas de alegría y dolor y a seguir creciendo como persona. Esto dará para otra entrada que no tardará en llegar.  De momento...

Feliz año nuevo desde Buvika





viernes, 6 de abril de 2018

Locuras maravillosas

Estos días me venían a la cabeza las artimañas para vender números de lotería para los viajes de final de curso en la escuela y en el instituto. Y las cestas de comida que se ofrecían como premio. Con su jamoncito, turrones, whisky y otras pijadas varias. Aquí en Trondheim los adolescentes también hacen lo mismo. Si bien las cestas de comida (sin alcohol) triunfan con otros productos como el café o el salmón, hay otro producto que arrasa. 

And the winner is: El papel de water. Como lo leéis. Y te lo traen a la puerta de casa. Asi que este año cuando tocaron a mi timbre me agencié más de 20 rollos de papel de WC. Extraño a los ojos de una no nativa lo es.  Práctico también, porque no has de pensar en comprar cada dos por tres.

Debo confesar que el tema del papel de WC me intriga hace tiempo. Pues en más de una foto de la gente cuando va a la cabaña (hytte), ahí luce el rollo de papel higiénico plantado encima de la mesa.


Otra cosa fascinante de las cabañas noruegas es que algunas tienen el lavabo fuera (utedo). Es una especie de casita de madera y en la puerta siempre hay un corazón. Dentro hay un banco con su agujero y alli te sientas.  Todo orgánico.


                                      Al wc se entra por esa minipuerta

Al principio os tengo que decir que en mi cabeza no cabía la idea del papel higiénico multifuncional. Pero ahora lo uso para todo. Y pues como buena catalana tampoco es tan raro si pienso que tenemos tradiciones como la del tió de Nadal que caga regalos y la figura del caganer en el pesebre. Ahora sonrío, pues ya encontré una nueva conexión catalana - nórdica.

                             Otro lavabo exterior, este más cómodo.

Quizás el tema es algo absurdo, pero me pareció divertido escribir un rato sobre esto. Si os apetece pinchando aquí podéis ver un vídeo que explica el concepto de hytte con mucho humor.

Cambiando de historia, el invierno se antojó muy hermoso en Trondheim. Con los chicos fuimos al poengrenn del barrio. Le han cogido mucho el gusto a esquiar y el mayor ya controla mucho. Y por mi parte, aunque aún me meto alguna de cuidado, también he hecho mis pinitos en el tema. Fui con el grupo de mujeres a un día de esquí en Trondheim. También tuve ocasión de visitar una cabaña en Budal donde para llegar aparte del trayecto en coche habia una hora esquiando.


El esfuerzo valió la pena. Silencio, vistas hermosas y relax absoluto. Y otro fin de semana estuve en otra similar pequeña y coqueta, pero con un extra muy especial. Contaba también con una casa adicional o sauna. Lo más divertido es que se tenía que calentar con leña. Luego locura total. Salir corriendo a fuera sin ropa y hacer un baño de nieve bajo las estrellas y a diez bajo cero.



Ya para acabar de perder la poca cordura que me quedaba, esta Pascua hice mi tur más extremo con mi chico. Unos 35 km de esquí en la bella Reinhem (casa de los renos) en Dovrefjell. Salvaje, inhóspita y hermosa quita a una el aliento tanto visualmente como fiśicamente. Menudo trote me dí.

No las tenía todas conmigo y hubo ratos en que no fue nada fácil. El objetivo era dejar el coche en un aparcamiento comunitario y llegar esquiando a una cabaña situada a una distancia de entre 17 y 20 km desde allí. Pero solo logré esquiar unos 6 kilómetros aquel día. Así que tocó usar la tienda de campaña. Otra aventura. Y es que estábamos a veinte bajo cero aquella noche. Fue sorprendente notar que con el saco no tenía nada de frío en el cuerpo. Lo único fue el piruji que corría en mi naricita. Y lo que sí se llevó la palma fue lograr mear. Os ahorro los detalles (je je).

                             
Con un segundo día de trayecto llegamos a la cabaña, donde pasamos un par de noches. Gente agradable y con mucha experiencia en la naturaleza. Y coincidí con una chica catalana que también se llama Lidia y vive en Trondheim. El mundo es un pañuelo. La hytte es de la organización excursionista más conocida de Noruega (DNT) y tenía muchos extras, entre ellos comida. Lo más curioso es el sistema de pago. Escribes tu nombre en un papel con tu dirección, las noches que has pasado y la comida que has cogido y lo depositas en una urna. En unos meses te envían la factura a casa. Es tan emocionante la confianza noruega.






A la vuelta puse toda la leña en el asador (lo de volver a mear a la intemperie no lo veía nada claro), y fue posible regresar de una tirada al punto de partida y en coche a casa.



                          Aquí sonrío pero estaba hecha puré  :-D

Ya en Trondheim me sentí como una auténtica heroína, llena de vida y con mucho coraje. Así que hora estoy, entre otras actividades, cogiendo más práctica con el coche.

Al ser Pascua hubo tiempo para otras cosas más tranquilas y especiales como pintar huevos en familia o preparar la Mona, algo que ya se está convirtiendo en una tradición que me encanta.



Este invierno ambién tuve oportunidad de visitar Oslo. La excusa fue tomar una prueba de inglés (TOEFL), pero ya os contaré en otra entrada aparte. Una ciudad bonita. Y no faltó una visita express a mi amada Barcelona. Cuando la familia te necesita no hay nada mejor que hacer piña y darse energía positiva los unos a los otros. Pues se está para todo, lo bueno y lo malo.

Por el resto sigo con algunas clases de español, el voluntariado en el grupo de mujeres, disfrutando de las buenas amigas, la zumba y....ahora me he metido a estudiar pajaritos con mi chico. Por otro lado, continuo con mi búsqueda de trabajo: a ratos alegre, a ratos desesperada, pero así es la vida. La buena noticia es que finalmente he conseguido entrar en varios procesos de selección para el trabajo de mis sueños como asesora social. Es muy emocionante poder entrar en el mundo de las entrevistas. Pasito a pasito las cosas parece que van saliendo. Y si la cosa se sigue resistiendo toma forma la idea de hacer una diplomatura en la Universidad, ampliar Spansk med Lidia con negocios paralelos etc.
 
Confío que de esta olla de ideas, algo bueno va a salir y podré disfrutar de un poquito de estabilidad antes del próximo verano. Y con este caos, que tiene más orden del que parece a simple vista, me despido de todos vosotros.

Os dejo con una canción esperanzadora dedicada a mi tierra, que desafortunadamente está viviendo tiempos difíciles, y para cualquiera que quiera volver a empezar.  Y ya ahora sí, cerrando la entrada tipo programa de radio envío una felicitación especial a Carla y a Jaume por las buenas noticias.


Hasta la próxima



domingo, 12 de marzo de 2017

Culo inquieto

Pasaron las fiestas de Navidad. Ya hace casi tres meses. Fueron bonitas y especiales. Admito que he tenido algo descuidado el blog, pero estoy de vuelta.

Muchos cambios en mi vida, entre ellos fundar y adaptarme a mi propio hogar.  Pero la vida sigue en Trondheim camino de los cuatro años en Noruega y con vivencias por compartir.

Ahora estoy en casa enfundada en mis mallas y camiseta de merino. El pequeño está malito. Como se acaba de dormir, aprovecho para escribir estas líneas y explicar un poquito de mi vida.

Los últimos meses he tomado algunas lecciones de esquí de fondo y me divierto mucho. La gente esquía sola, en familia, en pareja y hasta con perros. Es algo fascinante. No hay límite  de edad. Solo ganas de pasar un buen rato. 


En algunas de las rutas de esquí uno se puede encontrar con el atractivo de una cabaña - cafetería. Con dulces típicos noruegos, cacao y otras bebidas. E incluso en algunas ofrecen un menú sencillo. También hay miradores hermosos, de modo que la opción de llevarte comida y bebida de casa y disfrutarla en el exterior es también koselig.

Hoy tras unos días de entreno ha llegado mi primera excursión con destino a un hytte de Bymarka en Trondheim. Han sido 3 km de ida y 3km de vuelta. Cada vez la cosa va a mejor. Ahora el objetivo es conseguir frenar bien y con seguridad. Ver la naturaleza sobre los esquís es algo indescriptible. Estoy conociendo músculos de mi cuerpo que  no sabía ni que existían.

Lo mejor es cuando los niños se me quedan mirando fijamente mientras trato de lanzarme por una pendiente suave. O cuando bajo de culo porque se trata de una cuesta empinada. En Noruega muchos no recuerdan como aprendieron a esquiar, porque es algo que hacen desde muy chicos. Entonces para ellos es francamente curioso ver a un adulto aprendiendo. 

En casa el pequeño esta ilusionado con el tema y la semana pasada fuimos juntos los dos a las pistas del barrio y fue divertido. 


Como culo inquieto que soy me he lanzado a otros retos diferentes: La carpintería. Ya puedo serrar (con máquina) y ahora estoy peleándome con los clavos.  No es tarea fácil manejar el martillo y el taladro, pero con empeño todo se consigue. Tengo muchas ideas en la cabeza. Los chicos también muestran mucho interés y a los dos les gusta hacer casitas y barcos con pedazos de madera.  

Por si no me canso suficiente, me he apuntado a un curso de zumba en el centro de voluntarios del barrio. Ya llevo dos clases. Hay mucha música latina y es muy gracioso porque entiendo todas las letras. 



Laboralmente sigo feliz. Como quien no quiere la cosa ya llevo casi cinco meses en la oficina.  Me siento a gusto con mis colegas y disfruto mucho con las tareas que me han asignado. La vivienda social siempre me ha parecido algo enriquecedor como trabajo.

Ah, me han admitido en un curso gratuito en el Ayuntamiento. Somos siete participantes. El núcleo central es la asertividad. Ya llevo tres sesiones y creo que me va ayudar mucho a pulir algunos aspectos de mi personalidad. Aspectos con los que a veces naufrago y me bloquean. Tengo deberes prácticos y sobretodo me hace feliz haber puesto el hilo en la aguja. Finalmente.

Hasta la próxima



sábado, 12 de diciembre de 2015

Felices fiestas

Ha sido un tiempo intenso desde la última vez que escribí aquí, pero no podía faltar la entrada prenavideña en el blog con  las últimas novedades desde Trondheim. Escribir es siempre algo hermoso y relajante para mí.

Los martes por la tarde doy clases de español en el centro. El bus me suele dejar allí un poquito antes de la hora del curso. A esa hora la mayoría ha acabado de trabajar y hay muy poca gente por las calles. Uso ese tiempo extra para ir hasta la catedral de Nidaros y contemplarla embobada. Me fascina su majestuosidad. Y especialmente cuando hace frío, junto al cementerio. Le da un aire misterioso al estilo de las novelas del Romanticismo, que tanto me gustaban cuando estudiaba literatura en el insituto.


Este fin de año laboralmente está siendo positivo. He conseguido un trabajo remunerado como inspectora de exámenes durante dos semanas en la Universidad (NTNU)

De momento me ha tocado un examen de Política Asiática en Dragvoll, otro de Mecánica en Gløshaugen más uno de Química en Trondheim Spektrum. En éste último había unos 200 alumnos. La semana que viene me han asignado más exámenes.  

Mis tareas consisten en comprobar los carnets de los estudiantes, repartir los exámenes y llevar folios a quién los necesite. En los de ciencias también debo comprobar las calculadoras y los libros que llevan.  Además los acompaño hasta la puerta del lavabo si necesitan salir o a estirar las piernas.  Recuerdo que con los nervios de los exámenes siempre tenía muchas ganas de ir al lavabo. Pero en Barcelona no está permitido. Al menos en mi época.

Mis compañeros de trabajo son gente mayor. Al parecer es un trabajo típico de jubilados. Son muy amables y tienen mucha paciencia. Y me gusta porque  por un ratito soy la niña allí.

Me encanta ver a tantos estudiantes de un lado para otro. Me trae muy buenos recuerdos de mi época universitaria en Barcelona. A veces me planteo estudiar alguna cosa por aquí , quién sabe si en 2016 jeje. Asimismo, me pareció curioso que en el examen de Mecánica  un 35% de los candidatos eran chicas. Las carreras técnicas son mayoritariamente masculinas en muchos lugares. Es un gusto ver que algunas cosas van cambiando. 

También estoy esforzándome de nuevo por conseguir unas prácticas remuneradas en la ciudad. El director del local de mujeres me está recomendando a varias oficinas. Y luego hablé de nuevo con el NAV esta semana. Parece que finalmente puedo acceder a ver algunas ofertas en prácticas también en oficinas. Si esto no cuaja quizás haya algunas barnehage donde tenga posibilidades. Ahora, aunque sigo con el voluntariado los viernes, me he puesto otra vez a saco con el tema laboral.

Las julebord o cenas de Navidad han sido especiales por diferentes motivos. Ninguna desmadrada, pero todas llenas de buenos momentos. Y he recibido algunos regalos especiales. Una mermelada de cereza hecha en casa, un buf de lana tejido a mano y una vela.



Con dos amigas también hicimos una noche de chicas y fue muy divertido. La verdad es que son las primeras personas que conocí al llegar aquí y seguimos siendo amigas. Y ahora puedo decir que muy buenas amigas.

Por último, aquí os dejo con el regalo que yo misma preparé  (excepto la vela) para la julebord latina. Un sacapiojos o adivinador y una vela. Compré papel de origami en Tiger y estuve mirando tutoriales en You tube. En la foto no se ve pero también añadí dos palitos de helado. En ellos escribí dos de mis citas preferidas. Made in Julio Cortázar y en el  libro de "El Principito", cómo no jeje.



Los chicos andan muy atareados con el final de año. El desfile Santa Lucía, concierto de Navidad, manualidades, regalitos. Este año el calendario de adviento es de Lego. Yo intenté que fuera de chocolate, pero nada... Ellos preferían algo creativo.

Con Arnau fui al Rosenborg a finales de noviembre. Estaba muy contento. Nunca hubiera imaginado comer palomitas y beber cola a uno o dos grados. Pero vaya... Aunque no soy fan del fútbol ni de la cola, pasamos muy buen rato los dos juntos.

También fue mi cumpleaños. 37. Un año más vieja, un año más sabia, loca y rara. Pero en cualquier caso contenta de de poder cumplir años.

Si hago balance del año 2015, puedo decir que ha seguido siendo un sinfín de emociones como el 2013 y el 2014. Ser emigrante te garantiza una vida llena de sorpresas. Algunas de ellas duras. Pero ha habido otras absolutamente hermosas e indescriptibles. Hoy en esta evaluación del 2015, decido quedarme con lo positivo y bonito.  Eso sí, me tomo unas vacaciones pronto. Confieso que tengo mi energía bajo mínimos y muchas ganas de mimos y abrazos de los míos en Barcelona.  Ya queda poquito. Luego en 2016 de vuelta a Trondheim con las pilas cargadas.


Felices fiestas y próspero año nuevo 2016. Hasta la próxima.




lunes, 5 de octubre de 2015

Tiempo libre

Una de las cosas que más se aprecia en Noruega es el tiempo libre (fritid) De hecho en una de las entrevistas de trabajo que tuve el año pasado, la primera pregunta  fue ¿Qué haces en tu tiempo libre? Me quedé bastante sorprendida, pero al parecer es algo clave para saber si vas a encajar en el equipo. Viniendo de Barcelona donde el tiempo libre es más bien el fin de semana (si llega), esto ha sido una de las cosas diferentes que he aprendido aquí.

Por fritid se entiende desde tejer, bailar, pintar, esquiar,  entrenar, practicar yoga o cualquier tipo de deporte (ya sea de aventura o no) Aquí parte del fritid está relacionado con pasar tiempo en el exterior, en la naturaleza. Curioso que en muchas ofertas de trabajo se diga que "se enfatiza el interés por estar en forma"

Tener tiempo libre no solo es un tema importante para los adultos, sino que se le da especial relevancia en el caso de los niños. Las actividades para críos pueden ser de iniciativa privada como en España, aunque algunas de ellas surgen del trabajo voluntario de los padres. Me explico.

Mi hijo mayor juega a fútbol (entreno) un día por semana en el equipo de la escuela (lag) Fuera del horario escolar. Para ello pagamos una cuota simbólica anual. Y son algunos padres quienes, de forma voluntaria, entrenan a los niños. También se encargan de que el equipo pueda participar en partidos con otras escuelas. En estos partidos se suele montar un kiosko regentado por padres voluntarios donde se vende comida y bebida para los asistentes. Los pastelitos por supuesto son caseros.

                                Vendiendo para recaudar fondos para el lag de Arnau.


Los beneficios van para pagar a los árbitros y los gastos básicos de la organización de la actividad.

La verdad es que pese a que en casa no somos muy de fútbol, el mayor tiene mucha afición y disfruta. Gracias a una amiga tuvimos la oportunidad de asistir a un entrenamiento juvenil del Rosenborg, el equipo de la ciudad. Estaba como loco de contento. Algunos de los chicos jugaron con él y le dieron consejos deportivos.

                                                  En el Rosenborg

Por el resto, el otoño ha entrado de cabeza en la ciudad y hemos tenido unos días con bastante lluvia. Ayer heló por primera vez por la noche. A mí me gusta que haga más frío, porque suele llover menos y el sol brilla mucho más.

                                                        Dos bichitos

Aún así no se quitan las ganas de hacer excursiones.




El centro de voluntarios de Sjetnemarka ha preparado una cartilla con algunas rutas para todos los públicos (Markapostan) El objetivo es encontrar un cartel con una contraseña en cada ruta. La idea es anotar las contraseñas que uno se encuentra en una cartilla. Entre todas las cartillas entregadas se sortean algunos premios en diciembre.


Pronto vuelvo a participar en la maratón solidaria en el centro de voluntarios del barrio. Ya os contaré, pero empieza a ser una tradición. Será el tercer año que colaboro.

Hoy han empezado las vacaciones de otoño (høstferie). Me siento tranquila, relajada y con buenas expectativas para el mes octubre que recién se inició. Tengo algunos planes a la vista. En la próxima entrada os cuento.

¡Hasta la próxima!

PS: ¡Felicidades Berta!