Ahora. Ya llegó un nuevo año. Y tras unas vacaciones en Barcelona con los nenes, concierto de Jarabe de palo, fiesta grande con mis primos y charlas profundas con mis hermanos y padres... Estoy aquí de nuevo en Trondheim. Ahora escuchando las lindas canciones de Pau Donés, Chambao y Bebé, mientras diviso el paisaje nevado desde mi ventana.
El año nuevo se antojó hermoso entre amigas y la despedida emotiva de mis padres. También hubo besos y abrazos y jamoncito extremeño al volver a casa en Trondheim el día 1.
Además ya he tenido tiempo de vivir una nueva experiencia: el poengrenn del barrio (una ruta de esquí apta para todos). Me apunté como voluntaria para ayudar en la hytte donde se sirven refrescos y vaffler para todos los asistentes. Como os decía, mi intención era estar en la cafetería, pero mi chico me animó a ir esquiando con el pequeño de la casa. Y mientras tanto él se puso tras la barra con una buena amiga del barrio. Nos tendríais que haber visto a mí y al enano llegando arriba de la mini colina, sintiéndonos como auténticos héroes. Allí estaban muchos vecinos con los niños pasándolo pipa. Aquí una foto publicada por la organización (SjetneIl).
Además ya he tenido tiempo de vivir una nueva experiencia: el poengrenn del barrio (una ruta de esquí apta para todos). Me apunté como voluntaria para ayudar en la hytte donde se sirven refrescos y vaffler para todos los asistentes. Como os decía, mi intención era estar en la cafetería, pero mi chico me animó a ir esquiando con el pequeño de la casa. Y mientras tanto él se puso tras la barra con una buena amiga del barrio. Nos tendríais que haber visto a mí y al enano llegando arriba de la mini colina, sintiéndonos como auténticos héroes. Allí estaban muchos vecinos con los niños pasándolo pipa. Aquí una foto publicada por la organización (SjetneIl).
Al llegar a la meta premio para todos los críos que participaban. Eso es algo muy noruego. Todos reciben regalo, pierdan o ganen. Y por lo visto la celebración de las victorias suele ser muy discreta. Un poco chocante viniendo de nuestra cultura donde uno o vence o fracasa, pese al famoso dicho "Lo importante es participar". Esto me recuerda a las primeras veces que fui a los partidos de fútbol de mi hijo mayor. En concreto a la sorpresa que despertaba entre la gente ver su entusiasmo desbordado cuando marcaba un gol, o por el contrario la pasión que demostraba cuando perdía. Una vez pensé "tierra trágame". Pero con el tiempo he aprendido que estas cosas nos hacen especiales y son en cierta manera divertidas. Seguimos entre dos mundos.
En estas fechas uno se plantea qué fue del 2017 y qué va a suceder en el año que entra. Y si haré tal cosa o tal otra. Pues el 2017 me trajo momentos impagables de amor y amistad. También me dio el trabajo de mis sueños, aunque fuese temporal. Aprendí carpintería y cerámica. Bailé zumba. Publiqué dos poemas en una antología. Visité lugares hermosos. Y la lección más importante: uno tiene que amarse primero a sí mismo para poder ser feliz y crear vínculos sanos con los demás.
Y como la vida está llena de matices, también confieso que hubo algunas cosas feas en este año que recién pasó. El dolor y los problemas de seres queridos y el temido desempleo de nuevo han causado sus estragos. Hoy escribiendo cartas de presentación se me agarró el miedo a la tripa de nuevo. Parecía que quería instalarse otra vez en mi vida. Pero de repente reaccioné. Un chat, un paseo y buena música me hicieron enviar los pensamientos negativos lejos. Vivir es urgente. Y ese es en resumidas cuentas mi propósito para este 2018.
Y como la vida está llena de matices, también confieso que hubo algunas cosas feas en este año que recién pasó. El dolor y los problemas de seres queridos y el temido desempleo de nuevo han causado sus estragos. Hoy escribiendo cartas de presentación se me agarró el miedo a la tripa de nuevo. Parecía que quería instalarse otra vez en mi vida. Pero de repente reaccioné. Un chat, un paseo y buena música me hicieron enviar los pensamientos negativos lejos. Vivir es urgente. Y ese es en resumidas cuentas mi propósito para este 2018.
Acabo con una canción que me alegra el alma y que dedico en especial a mi hermana Berta. Hasta la próxima.