sábado, 27 de septiembre de 2014

¡Eh, tú!

Cuando empecé a entender pequeñas conversaciones en noruego hubo algo que me sorprendió bastante. Mucha gente se dirige a otra simplemente diciendo "du" (tú) Por ejemplo en las tiendas de Trondheim para pedirle algo al dependiente o dependienta. No suelen añadir un "por favor" o "perdona"

Lo cierto es que aquí no existe una palabra específica equivalente a "por favor" A veces usan el " sería amable" (snill) o el "disculpa" (beklager, unnskyld) pero no es algo que se oiga habitualmente. Y el "perdón" no existe.

Algunas amigas noruegas me comentan que ellas prefieren usar las formas corteses para dirigirse a alguien, pero que muchos noruegos no lo hacen. Es más, para ellos hablar de una forma directa se concibe como algo normal. No es signo de mala educación. Justo al revés que en mi país. Lo más curioso es que, tanto en la barnehage como en la escuela insisten mucho a los críos en que pidan las cosas de forma cortés y den las gracias.  Les gustan las florituras, como a mí.

Algo divertido que he descubierto es que en Noruega se usa el pronombre "tú" como recurso cuando no recuerdan cómo se llama alguien. Pensándolo bien no es una mala idea.

Yo soy de las que creo que una lengua no es sólo un conjunto de palabras, sino un medio de comunicación que lleva inherente una cultura. Pienso que el noruego es un idioma directo, porque así lo son sus nativos. No se andan con rodeos.  En cambio, entre mis congéneres se suele dar más explicaciones por todo y nos solemos contar con detalle nuestra vida.  Hay quién más y quién menos obviamente. Pero confieso que yo soy de las que le doy muchas vueltas al lenguaje. Uso "por favor" y "gracias" siempre. Y quizás abuso un poco del modo verbal condicional y frases largas y complejas antes de empezar con lo que realmente quiero decir.  Quién me conoce ya lo sabe...

Por último, justo ayer se publicó una entrada, desde el cariño, sobre algunas cosas irritantes que hacen los noruegos, cortesía de "A frog in the fjord" y que podéis leer pinchando aquí

¡Hasta la próxima!








martes, 23 de septiembre de 2014

Volver a la acción

Ya llegó algo de frío a Trondheim y esta semana las temperaturas oscilan entre tres y doce grados. Esta mañana ha bajado hasta cero y parecía que empezaba a helar. Pero al salir el sol la sensación de frío se ha desvacenido.

Por otro lado, hasta mitades de noviembre estaré más activa a nivel laboral. Finalmente han salido tres grupos de seniors interesadas en aprender español. A algunas de ellas las conozco del último curso en mayo. Pero también hay caras nuevas. Son tres niveles diferentes. Un gran placer volver a la acción y enseñar español.



Por otro lado, sigo con el curso de noruego online. Ahora estoy practicando con la profesora mi pronunciación (es en lo que más yerro) Y es que el noruego tiene ocho vocales y algunas de las consonantes tienen sonidos que me eran desconocidos hasta que aterricé en Noruega.

Las reuniones sociales van in crescendo y me siento bien, porque tener amigos es algo importante para mí (petonets, noies!). También ha empezado la temporada de los cumpleaños infantiles y los chicos están contentos de formar parte de ellos. Y como cada año, los virus han hecho acto de presencia. Algo irremediable.

Cambiando de tema, en la escuela del mayor se celebró la primera reunión general del año. Entre muchos otros temas, me sorprendió que el bullying es algo que les preocupa. El valor central de la escuela es el respeto. Un día a la semana los niños cantan canciones y hablan en clase sobre ello. Y la maestra pone el acento en lo negativo que es marginar, arrinconar, burlarse o pegar a un niño o niña.  

Por otro lado, tuvimos la reunión individual con la tutora del mayor y nos comentó que está contento y que su nivel de noruego es suficiente. Que únicamente le refuerza la pronunciación cuando es necesario. Pero que él puede seguir las clases como los demás niños nativos. Aunque él nos lo explica, nos gustó saber que todo va bien.

Por último, si algo me ha recargado las pilas los últimos días es el nacimiento de mi sobrino Sander. La familia crece y, aunque estemos lejos, algo así siempre es motivo de alegría. Muchísima. 

¡Hasta la próxima!



  

martes, 16 de septiembre de 2014

¡A qué no me pillas cara de papilla!

Aprendiendo cosas curiosas. Los niños cuando juegan entre ellos o con otros amigos se dicen mucho. "Ha det på badet, din gamle sjokolade!" Tenía curiosidad por su significado pues de la traducción literal no entendía a qué se podía referir (Adiós en el baño, tu chocolate viejo) Además me perdía que el pequeño lo usa a veces cuando el mayor lo chincha.

                                  Imagen de la cuenta de Flickr de Den late ku

Resulta que es una expresión que se utiliza con frecuencia por  parte de los niños para hacer un juego más divertido, leáse el "pilla-pilla" (en Noruega algo parecido es el conocido como sisten) O por ejemplo  se usa también la susodicha expresión por los adultos. Por ejemplo para hacer reír a un niño cuando está triste o inquieto por algo. Para quitarle hierro a un asunto. A mí por lo pronto me recuerda cuando en el patio de la escuela los niños y las niñas nos decíamos "¡A qué no me pillas cara de papilla!"

¡Hasta la próxima!

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Magia de otoño

Hace pocos días al mayor se le cayó su primer diente. Un momento emocionante para él. En Cataluña, tenemos la tradición del "Ratoncito Pérez" El niño o niña que ha perdido un diente de leche lo deja debajo de la almohada de su cama (por la noche) Cuando se despierta el diente no está y hay un pequeño regalo (una o dos monedas) de parte del susodicho ratón. De niña a mí me dejaba 100 pesetas, pero claro a mí ya hace más de veinticinco años que se me cayeron los dientes. No sé cómo cotiza ahora el Ratoncito Pérez ahora, pero justo mi madre me comentaba que con el cambio de la peseta al euro, mis hermanos pequeños salieron ganando. 

En Noruega cuando a un crío se le cae un diente de leche, éste se pone dentro un vaso de agua y se deja en la mesita de noche. Por la mañana, el diente ha desparecido y en su lugar hay una o dos monedas que suman 20 kroner aproximadamente (2,5 euros)  A veces van acompañadas de una nota. Algunos creen que es un obsequio del hada de los dientes o tannfe, pero por ejemplo en casa de mi profesora esta figura mágica no existía.

Cambiando de tema, Trondheim huele a otoño. Hierba mojada. Hojas rojas. Además está repleto de setas. Y lo mejor es que finalmente he descubierto que se organizan excursiones guiadas y hay puntos de control. Por si hay alguien interesado pinchando aquí encontraréis toda la información, además de consejos y guías sobre setas comestibles y setas venenosas. Quizás algún día me anime a participar. Sería un hobby delicioso teniendo conocimiento de causa. El pequeño está entusiasmado con el tema porque en la barnehage cantan algunas canciones relacionadas con las setas o sopp, como les llaman aquí. Una divertida es Lille Frøken Kantarell


                        Imagen extraída de la cuenta  de Flickr de Lars Andersson (autor) 

Hasta la próxima!



lunes, 8 de septiembre de 2014

Sonreír

Hay veces que pequeñas cosas hacen a una sonreír y no sólo eso...Sino pensar que la vida hay que aprovecharla cada instante. Este sentimiento suele aparecer, aunque quizás suene egoísta, cuando  una o uno oye de una desgracia. Pero hoy prefiero guardar el carpe diem para situaciones que nos regala la vida que, a su vez, son bonitas.

Esta mañana estaba tranquila, redactando en casa una receta típica de la zona de Sør Trøndelag (sopa de verduras con salchichas) para mi profesora de noruego...Y de repente se oye un ruido. Y risas de niños. Miro por la ventana y...voilà! Allí estaba el pequeño con todos los niños de su clase. He salido a saludar y ha puesto una cara de orgullo que me ha arreglado el día. Hoy tocaba excursión por el vecindario y un compañero y él habían de enseñar dónde viven. 

Por cierto, no os conté que soy representante junto a otra madre del colectivo de los padres en la barnehage. Surgió un poco por casualidad, pero ya os explicaré cómo va la cosa cuando empiece.

Otra situación koselig. Ayer sonó el timbre. Abrí la puerta y había un mapa pintado a mano en la alfombrilla. Para el mayor. Era del vecino, que apareció al minuto. Quería jugar a buscar un tesoro con él.

Todo esto me ha borrado un sentimiento de impotencia que se albergaba en mí las últimas semanas. Y me ha hecho recuperar la sonrisa. Y es que, pese a poner toda la carne y más en el asador, siento que cuesta mucho conseguir una rutina laboral regular o rutinaria aquí en la ciudad. Parece ser que desde hace poco, hay un cierto aperturismo en el tema por parte de los políticos. Ya ven como un problema a tratar la complicada situación laboral de las parejas de los inmigrantes que trabajan en Trondheim (en la rama de la ingeniería o la medicina fundamentalmente) 

Esperemos que pronto me toque el turno de las buenas noticias. Por lo pronto la semana que viene repito con las seniors curso de español. Serán 18 horas repartidas durante nueve semanas. Lo cierto es que tengo muchas ganas, porque realmente disfruto enseñando. 

Hasta la próxima!