miércoles, 6 de septiembre de 2023

Contigo, pan y cebolla

Después de un fin de semana de árduo trabajo, sacando todas las tejas del granero junto a Asbjørn, su prima y su marido, las agujetas no tardaron en llegar. Sarna con gusto no pica. Nos lo pasamos muy bien y me sentí de lo más útil apilando las tejas en montoncitos. Lo celebramos con una cena en el restaurante tailandés del pueblo. Buenas porciones y un lugar auténtico.


En plena resaca de "Lidia es una super obrera" me puse enferma. Un constipado se ha agarrado fuerte a mis pulmones y desde el domingo que no estoy fina. Hemos caído uno detrás del otro  en casa y a mí me ha tocado la última. Mejorando, eso sí.

Por si éramos pocos, parió la abuela, y Zeus nos obsequió con varios días de lluvias fuertes. Todo ello con la consiguiente inundación del granero y los trabajos pertinentes para apaciguar los daños. Pero hoy ha salido el sol y la canción de "Oh, happy day!" ha sonado como un resorte en mi cabeza.

El mayor ha amanecido muy contento. Partía hacia Oslo con motivo del viaje que hacen el último año de escuela. Daba gusto verlo. Yo he salido al jardín con mis clínex, mi jersey rojo de lana y  una delicia de libro - Pan de limón con semillas de amapola. Además los carpinteros han podido venir para empezar a trabajar con el nuevo tejado.

Luna me ha venido a visitar mientras leía al solecito. Se dejaba acariciar haciendo todas las posturitas posibles. Me ha camelado por completo. Cuando ya llevaba un buen rato leyendo, he ido a los arbustos y me he saciado con grosellas y zarzaparilla negra.  Las ovejas, curiosas, se acercaban y una mariquita se divertía recorriendo mi mano izquierda.

También he picado un poquito de injera que preparé ayer  (ni enferma sé estar quieta) El pequeño me ayudó a despegar cada pieza de pan etíope de la sartén. Me enseñó su truco. "De algo me ha de servir saber hacer pannekaker mami", me dijo.

Anoche nos acostamos todos temprano. Escuela y viaje al día siguiente. Asbjørn y yo exhaustos con tanto virus e inundación en el granero. La última semana ha sido muy intensa. Me metí en la cama, me abracé fuerte a él, y pensé: Contigo, pan y cebolla. Y caí dormida.

 

Hasta la próxima