domingo, 17 de noviembre de 2019

Culo de mal asiento

Cada día aprendo cosas nuevas en la granja. Este verano-otoño nos hemos lanzado con el "hesjing". Se trata de secar hierba y convertirla en heno, que luego es alimento para ovejas y otros animales.

Aún no tenemos ovejas en la granja, pero en la familia de mi chico, Asbjørn, tienen. Su prima nos enseñó todo el procedimiento . Ella es especialista en ovejas y le pareció divertido compartir sus conocimientos con nosotros. Y a nosotros aprender este oficio milenario.

Primero a preparar la instalación con palos de madera y alambre.




 Luego a cortar la hierba y a preparar montoncitos.



Por último, la parte más social: Colgar la hierba para que se seque.



La hermana de Asbjørn y sus hijos también se apuntaron. Y también su prima y su familia. Así que terminó siendo un día muy social tanto para mayores como para pequeños.



 Y al cabo de tres semanas a empaquetar la hierba seca.


Como culo de mal asiento  que somos, el otoño también ha venido de la mano de otro proyecto. Nos hemos lanzado a construir un gallinero. Los niños están muy ilusionados con la idea de tener huevos frescos. Y los mayores, lo mismo.

Este proyecto ha sido más largo y complicado de lo que imaginábamos. Pero a golpe de martillo y sierra, monta y desmonta, lo hemos conseguido.

 Desde los cimientos.


Pasando por la estructura y el aislamiento.




Construyendo paredes y tejado en los bellos colores del otoño.





Llegando a los colores del temprano invierno.





Y dejando la parte exterior del gallinero para la primavera. Como la tierra ya está helada, no se puede fijar la verja de metal en el suelo.

Tras unos días trabajando con la fachada...



El gallinero está listo para recibir a sus nuevos habitantes. 


La puerta y las ventanas las conseguimos gratis en la popular web noruega www.finn.no. El resto hemos tenido que apoquinar nosotros comprando en las  populares tiendas de "háztelo tú mismo" de Noruega.Si tenéis curiosidad podéis echar un vistazo a la web de Byggmaker, Byggmax o Biltema. Puedo decir que nos conocen bien en todas las tiendas de construcción de las cercanías (jeje)

Ahora hay que comprar algunas cosas para el interior del gallinero y decidir la raza de las gallinas. También habrá gallo. Según dicen, los machos son capaces de intuir cuando hay un zorro / lince en las cercanías y avisa a las gallinas. La idea es comprar las gallinas y el gallo en alguna granja cercana en enero.

El otoño - invierno también ha venido de la mano de dos viajes. Un fin de semana largo con mis antiguos colegas de Levanger a Copenhagen (preciosa) Muy especial sentirse tan incluída, pese a no trabajar con ellos ahora. Luego un viaje corto y muy emotivo a Barcelona junto a Asbjørn. A dar un buen abrazo a toda la familia y a celebrar la vida juntos. Y con un poquito de tiempo para una de mis mejores amigas (gràcies, bonica per l'estoneta juntes!) 

Nos llevamos castañas de Barcelona y las hicimos en casa en Noruega. Aunque el Halloween triunfa que no veas, me hace ilusión ver a los niños comiendo castañas. Y que tengan presente esta tradición tan sabrosa de su también tierra catalana el 31 de octubre - 1 de noviembre.


Por el resto, el viernes ya tuve la cena de Navidad (julebord) con los colegas de Trondheim. Aquí vamos pronto, pero casi que se agradece. Así no se juntan muchas cenas seguidas y se puede disfrutar de cada ocasión. Ahora mismo me siento contenta, porque me han renovado el contrato hasta la próxima primavera. Entonces ya será casi un año y medio trabajando seguido allí. Algo para celebrar.

Volviendo  a la cena de Navidad. Es bastante especial porque todo el mundo se arregla mucho. Las mujeres con vestidos y los hombres con traje. Yo elegí uno lila tipo kimono cruzado por encima del tobillo. Tengo dos vestidos de fiesta en casa y los voy combinando según la ocasión. Los que me conocen ya saben que mi ropero no es muy grande y que solo tengo una cajita de maquillaje para la cara. Pero vaya, aunque soy pragmática, me pongo guapa cuando la ocasión lo requiere.

La noche empezó a las 18h con una bebida y a las 19h la cena. Probé los platos típicos navideños noruegos: ribbe (costilla de cerdo), pinnekjøtt (costilla de cordero al vapor) y lutefisk (pescado blanco seco y soda cáustica). También había pan artesano, salmón ahumado, buenos quesos y embutidos típicos noruegos. La selección de postres muy de aquí también. Con crema de moras árticas, muffins con frambuesas o kransekake (mazapán).

No fallaron el Kahoot con preguntas curiosas, chistes y canciones durante la cena. Fue muy koselig que dicen aquí. Luego a partir de las 23h había baile, pero estoy un poco constipada y ya me fuí para casa. A esa hora también las fiestas noruegas se pueden volver muy locas. Sólo os digo que hay un dicho noruego que dice que "lo que pase en la cena de Navidad, se queda en la cena de Navidad". Y no cuento más.

Hasta la próxima