domingo, 25 de abril de 2021

Alimentos de kilómetro cero

Camino a los tres años en la granja se empieza a ver el resultado de los proyectos hechos con ilusión y esfuerzo. Tenemos huevos de nuestras gallinas y patatas de diversos tipos durante todo el año. Y no pueden faltar setas de nuestro bosque, algunas mermeladas de frambuesas y arándanos azules y jugo casero de grosellas.


Los alimentos de proximidad saben muy ricos. Me encanta poder aprovechar lo que la naturaleza ofrece cada estación del año y preparar platos de temporada. Ahora hay un programa en la televisión noruega que trata justo de eso. De cocineros que tienen su restaurante y se adaptan a la naturaleza para elaborar sus menús. Se llama Kokkeliv (la vida del cocinero) y podéis verlo en noruego pinchando aquí. Mi episodio favorito es el segundo. Es gracioso porque el pequeño hace tiempo que dice que de mayor quiere tener un restaurante con productos de su propia granja. Quién sabe, pero en todo caso me parece bonito su plan.

                             Foto de www.nrk.no

Las patatas las almacenamos en el sótano en una caja de madera artesana y bien protegida con una red metálica. Tuvimos visita de algunos ratones hace unos meses. Por suerte los detectamos pronto y se pudo solucionar con trampas. Cosas de vivir en el campo. 

Por otro lado es un gozo coger los huevos del gallinero cada día. Sobretodo cuando los acaban de poner las gallinas. Están calentitos y da mucho gusto abrazarlos con las manos. El mayor pasa largos ratos en el gallinero, y al pequeño le gusta mucho llevarles snacks (maíz o pieles de zanahoria por ejemplo).

Hace poco tuvimos que tomar una decisión difícil. El gallo- Leopold -se puso muy machito. Esperamos varios meses, pero al final era complicado entrar en el gallinero para mí y decidimos sacrificarlo. También porque nos gustaría tener pollitos más adelante y el gallo era hermano de las gallinas. Yo reconozco que derramé algunas lágrimas, pues yo me encariño hasta con las hormigas. Y por supuesto porque hemos tenido momentos muy hermosos con el gallo. 

                                               Leopold y Tåke el pasado verano.

 
                                                         Leopold este invierno.

Pero de esta experiencia he aprendido algo. A los animales de granja hay que tratarlos con respeto y a la vez marcarles los límites. Así que a las gallinas les doy mucho amor y a la vez demuestro que yo soy la jefa. Y todo va bien por el momento. La verdad es que pensé que estarían tristes sin el gallo, pero salen mucho más al gallinero exterior y están como muy relajadas. Mejor así. Y siguen poniendo huevos. Ahora estaremos un tiempo sin gallo, pero más adelante probaremos de nuevo.

Una parte complicada para mí (que vengo de ciudad) es lo de comerme a los animales de mi propia granja. Un reto para mí.  Nunca había tenido una relación tan directa con la naturaleza como la que tengo ahora.

Aquí se dice que el respeto a un animal se lo demuestras cuando lo crías y lo cuidas bien. Pero también cuando llega su hora y no lo tiras, pero te lo comes. Se considera mucho más honesto y lógico. Asbjørn se lo ha contado muchas veces a los niños y parece que ellos han adquirido una mentalidad diferente a la mía. Ellos ven esta situación como natural.

Tras sacrificar al gallo nos sentamos toda la familia y pensamos que qué mejor honor al gallo que cocinar el famoso "coq au vin" con pinot noir francés. Y vino tinto español para los adultos. Hoy ha sido el día. La cena ha sido muy especial tanto para los mayores como para los niños. La carne es muy diferente a la del pollo de la tienda. Al poder moverse y comer cuando quiere es un animal muy musculado.  Su carne es oscura y muy tierna tras tres horas de cocción. Con setas, patatas, cebollas y zanahorias es un lujo al alcance de pocos. Casi todos los gallos son sacrificados al nacer en la industria.

 
                                  Tratando de llevar a toda la tropa al gallinero este verano

Ahora ya con muchas ganas de que llegue la primavera "real". Y empezar con la huerta y otro proyecto que tenemos entre manos. Sólo falta que deje de nevar. Llevamos una racha con la nieve de aúpa. Pero esto ya da para otra entrada.

Hasta la próxima.