sábado, 21 de diciembre de 2013

Fiesta en la barnehage y vacaciones

Ayer los chicos salieron entusiasmados de la barnehage. La nissefest fue todo un éxito. Llegó el nisse a la escuela y bajó por el tobogán  del patio. Los niños miraban con cara de sorpresa e ilusión el espectáculo desde las ventanas de la clase. Los enanos iban con el típico gorro de Papa Noel, e incluso algunos llevaban el traje completo. Bailaron, jugaron, comieron julegrøt, y vieron una película. Sin duda, un día especial.

                                            Camino a la Nissefest de la barnehage

Yo no estaba allí, porque era una fiesta sin padres, pero colgaron unas fotos. Las vi cuando fui a recoger a los niños. Me contaron los chicos que el nisse los saludó con la mano y se fue,  pero dejó un saco con regalos para todos. Cada uno recibió una bolsa de papel con dulces, y una mandarina en su interior.

Arnau salió de la barnehage maquillado con coloretes rojos y topos negros. Estaba muy gracioso. Adrià estaba muy ilusionado, y me contó cómo había ido todo varias veces.

Esta semana las fieras también nos han dado con mucha ilusión a Pau y a mi sus julegavene del colegio (regalos de Navidad). El mayor ha traido a casa unas velas, un árbol de Navidad pequeño y un cuadro. Y el pequeño un cuadro y una manualidad con pintura. Todo iba envuelto en papel de seda con un montón de pegatinas navideñas, y lazos de colores.


Por cierto, la fiesta de Sankta Lucia de la semana pasada fue preciosa. Arnau y sus compañeros cantaron tres canciones vestidos de blanco y con un gorro en forma de punta los chicos. Todos llevaban una vela eléctrica en la mano, y una de las niñas una corona con velas eléctricas. Hicimos fotos, pero por respeto a la intimidad de los otros niños y sus familias, no las colgaré en el blog. Adrià y el resto de niños junto a los padres hicimos de público. Luego, hubo degustación de pepperkaker y lussekatter. No faltó café y julebrus (refresco dulce de Navidad)

                                              Imagen de Flickr de Anja Jonsson

El  próximo día especial es el lunes 23 de diciembre. Es un día muy casero aquí, porque es cuando los noruegos ponen el árbol de Navidad en sus casas, y lo decoran. Se suele implicar toda la familia. Ya el 24 llega el julenisse y da los regalos a los niños, que le cantan la canción På låven sitter nissen. Es curioso porque en otras partes del mundo, como sucede en Barcelona en Navidad o por Reyes, los pequeños ven los regalos cuando se despiertan. 

Culinariamente, aparte del julegrøotros de los platos más típicos de estos días son de carne, por ejemplo el pinekjøtt, o de pescado, como el lutefisk. Éste úlltimo tiene sus partidarios y sus detractores. Yo aún no lo he probado. Según comentan, el pescado queda con una textura gelatinosa un tanto extraña al paladar.  

Por cierto, si queréis saber más sobre las celebraciones que se avecinan los próximos días en Noruega, con todo lujo de detalles, os recomiendo que pinchéis aquí

Por último, no he podido resistir la tentación de mostrar la primera postal de Navidad de Arnau en Noruega. Amor de madre total.


Dicho esto, con nuestros mejores deseos para todos vosotros, iniciamos el proceso de desconexión vacacional en 3,2,1...





jueves, 19 de diciembre de 2013

Mi primer Mercado de Navidad

Estos últimos días he estado colaborando como voluntaria en el mercado de Navidad (Julemarkedet) de Trondheim, concretamente en el Kafelavvoen (zona de bar y conciertos). Toda una experiencia. 

                         Ilustración de Line Holm extraída de Facebook Julemarkedet

El primer día fue bastante cansado, porque junto a tres chicos me tocó cortar las ramas pequeñas de algunos árboles y dejar las más gruesas, y por otro lado, apilar troncos.  Finalmente, los árboles se colgaron en el techo del Kafe del mercado de Navidad, y en las ramas gruesas cuelgan muchos corazones. Una especie de móvil gigante para entendernos. Queda la mar de coqueto. Los troncos eran para las hogueras que se instalaron también en la cafetería, a modo ornamental y para dar calor. Esa fue la tarea que me tocó mi segundo día. Había de mantener la hoguera encendida, con las llamas a una determinada altura. 


La verdad es que no pasé nada de frío junto al fuego. Y mucha gente se hacía la típica foto para el facebook, instagram, o con los niños para la postal de Navidad familiar. Aquí tenéis la mía (jejeje)


El tercer día me tocó la zona de barra. Y estuve preparando vaffles, que les chiflan a los noruegos. Y el último día me asignaron vigilar la zona y mantener todo limpio. 

El julemarkedet cierra sus puertas el domingo, pero por mi parte he finalizado mi contribución allí. Obviamente, han habido algunas actividades más lucrativas que otras, pero en conjunto la experiencia ha sido muy positiva. He podido conocer a gente noruega, y de otros países del mundo. Cada uno con su historia, y sus inquietudes. Alguna persona borde (todo hay que decirlo), pero por suerte la inmensa mayoría muy maja. Por fin siento que, tras algo más de medio año en la ciudad, empiezo a tener un poco de vida social.

Todos estos meses de automotivación han tenido sus momentos buenos y malos, pero con gente alrededor el día a día es mejor y más fácil. Hace dos días una señora en el bus me sonrió y me dijo ¿Tú eres la chica de la hoguera del mercado? Me hizo ilusión. Primero porque entendí la pregunta, segundo porque había interactuado conmigo. En el julemarkedet el público también me hacía preguntas. Algunas era capaz de contestarlas, otras no para ser sincera. Pero al menos cuando no las entendía, podía explicar en noruego que aún estoy en una fase inicial del idioma, y que preguntaran en la barra.

Para los voluntarios, teníamos la comida gratis en uno de los hoteles más chachis de la ciudad, el Britannia. Quiche, o salmón fueron algunos de los platos. El único día que no me entusiasmó fue el que sirvieron julegrøt (es una especie de arroz con leche y le ponen canela y azúcar). Aquí el grøt es un plato estrella, y le suele gustar mucho a los noruegos. 

Una bebida que probé y sí que satisfizo mi paladar fue el gløgg, un líquido caliente, muy dulce y con frutos secos que se tiran dentro. Puede ser con alcohol o sin alcohol. Y se bebe durante el mes de diciembre.

                                                Imagen de Flickr de Robyn Lee

También tienen la juleøl (cerveza de Navidad), pero aún no la he catado.

Esta semana también he acabado mi primer curso de noruego. El último día hubo una fiesta con pepperkake, mandarinas (muy típicas y apreciadas en la época navideña aquí), café y té. Teníamos puesta música tranquila, y la maestra encendió unas velas. Estuvimos comentando las costumbres navideñas en Noruega, y en otros países (ya os contaré)

Todas le llevamos un detallito a la profesora, y se emocionó. Nos dio un abrazo, y eso aquí es un símbolo de mucha confianza. Fue algo muy bonito. En Noruega, cuando conoces a alguien te das la mano, y ya está, no te la vuelves a dar nunca más. Hemos quedado todas en enero después de las fiestas.

Mañana, los enanos celebran en la barnehage la Nissefest, y han de ir con un jersey rojo o un gorrito de Papa Noel. 

¡Felices fiestas a todos y a todas! ¡Qué tengáis una buena entrada en el 2014! 




viernes, 13 de diciembre de 2013

Nieve, agua y hielo

El último mes ha sido un caos caminar por Trondheim.  Éste está siendo el otoño más atípico en siglos. La locura de temperaturas, unos días bajo cero y otros casi a 10ºC ha hecho que circular por la ciudad sea todo un reto.  En este caso, una imagen vale más que mil palabras, así que os dejo con,

Montañas de nieve...Te cansas más caminando, pero el riesgo de caída es poco. Hay niños que van esquiando por el barrio (ellos que son listos y saben)


Humor amarillo...Cuando la nieve se derrite, las botas altas de goma son recomendables, porque nunca sabes la profundidad del charco. 


Una sesión de patinaje sobre hielo. Suerte de los clavos y las piedrecitas que permiten caminar sin matarte. Aún así, hay que ir con cuatro ojos.


Y para finalizar ayer tuvimos temporal de viento y lluvia, de nombre Ivar, y la ciudad se colapsó durante algunas horas. Numerosos destrozos y algunos accidentes. Pero ya pasó.

¡Feliz fin de semana!



lunes, 9 de diciembre de 2013

Sankta Lucia, la fiesta de la luz

En la barnehage han empezado el juleverksted (que vendrían a ser las tareas, o el proyecto de Navidad) y los chicos están muy contentos. En clase de los pequeños el julenisse está siendo  el protagonista, y les explican cuentos y todo tipo de historias. Sería algo parecido al Papá Noel. En casa no podía faltar uno...


En cambio, los mayores están preparando algunas canciones navideñas para el día 13. Pero tampoco se olvidan del popular personaje del nisse, y están ensayando una canción divertida y conocida en Noruega. Es la  historia de un nisse que está sentado comiendo gachas, y las ratas le piden un poco. Él se niega, y, muy gruñón avisa al gato. 


Aunque la estrella  musical es la canción Sankta Luciauna mujer que ilumina todo en un período en que impera la oscuridad. De hecho, este mes de diciembre se llegará al menor número de horas de luz del año. Concretamente cuatro horas y media el próximo 20 de diciembre. 

El viernes 13 la escuela nos ha invitado a todos los padres a la fiesta, de origen Cristiano, de Santa Lucía, muy popular en Noruega y SueciaNada más y nada menos que a las 8h de la mañana. "A quién madruga dios le ayuda" dice el refranero. A ver si hay suerte ese día. Los niños han de ir vestidos de blanco, y los mayores harán un desfile tipo procesión (os contaré los detalles)

Invitan a los padres a café,  pepperkaker y lussekatter hechas por los niños. Las lussekatter son los dulces típicos de Santa Lucía. Lusse es Lucía, y katter significa gatos. Su nombre es por la forma que tienen las pastas originales, aunque hoy en día se pueden encontrar lussekatter con diseños diversos. De textura blandita tipo boller, hace las delicias de mayores y pequeños el 13 de diciembre de cada año. Si os apetece prepararlos pinchando aquí tenéis la receta en castellano. 

                                         Foto Flickr Kg Vogelius

Además, el día de Santa Lucía empieza el mercado de Navidad de Trondheim (julemarkedet i Trondheim), que dura hasta el próximo 22 de diciembre. Si todo va bien, participaré algunos días como voluntaria. El jueves me lo confirman.

Un nombre bonito el de Lucía. Ya lo decía Serrat...

¡Hasta la próxima!





miércoles, 4 de diciembre de 2013

Silencio

Me gustas cuando callas porque estás como ausente, 
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 
Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma 
emerges de las cosas, llena del alma mía. 
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante. 
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. 
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 
déjame que me calle con el silencio tuyo

Déjame que te hable también con tu silencio 
claro como una lámpara, simple como un anillo. 
Eres como la noche, callada y constelada. 
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. 
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda


                                          Imagen de Flickr Eduardo Dios

El silencio. Recuerdo ese rato callada en las primeras citas, que se hacía interminable. Los incómodos silencios en las entrevistas de trabajo. Situaciones que años atrás me crispaban. Ahora con treinta cinco años recién cumplidos me parece una de las pequeñas cosas de la vida, aunque confieso que me encanta hablar. Pero la palabra y el silencio no son incompatibles. Al menos para mí. Cada una tiene su momento, e incluso ambas se entremezclan con frecuencia.

Con el tiempo, aprendí que el silencio puede ser una de las mejores cosas del mundo. Sinónimo de la complicidad con otra persona, del estar a gusto con uno mismo, de tener un instante de introspección. Disfrutar del momento.

En Noruega, algo que puede definir a sus habitantes es la necesidad espacio propio, tanto físico como personal. No están siempre en silencio claro está, y obviamente les gusta hacer vida social (bares, conciertos, shopping, o deportes colectivos por ejemplo). Pero una parte de su vida se rige por el estar con uno mismo. Evitan las aglomeraciones por lo general. Adoran los espacios abiertos. Ir a la cabin, o caminar por la montaña. Una de las últimas cosas que me he averiguado es que, entre las aficiones habituales de la población, está la pesca y la caza.

Cuando dejo a los niños en la barnehage, a veces cojo el bus hasta la biblioteca. Siento el traqueteo de las ruedas, y me limito a observar el paisaje. El río, la catedral, o simplemente cómo se hace de día. También me parecen curiosas las luces que se divisan en las ventanas de las casas, los niños que se desperezan, un padre preparando el desayuno en la cocina... O alguien que se pone bien el gorro y los guantes, y emprende su camino en la bicicleta. Son imágenes sin sonido, pero todas ellas llenas de vida.

Otras veces voy caminando, y me gusta sentir el viento que golpea mis mejillas, y el calor que me da el gorro en las orejas, y los guantes en las manos. El poder pisar los charcos con las botas. El  pequeño chasquido de los clavos cuando entran en contacto con el hielo. A veces bajo a la orilla del río, y escucho el agua correr. Por un momento me siento como si fuera Aire igual que la canción de Mecano, o que estoy Entre dos tierras como cantaban hace unos años Héroes del Silencio. Cuando el agua va rápida se apodera de mi un sentimiento de comerme el mundo tremendo. Pero si discurre lenta, me adentro en un mar de sensaciones, que incluye ciertas dosis de melancolía. 

Hoy me he despertado poética. Será que esto de cumplir años afecta seriamente a la salud (ejem)

¡Hasta la próxima!