domingo, 24 de mayo de 2020

Cuando calienta el sol

Llevamos muchos meses con un tiempo de locos. Al entrar en la primavera hubo un atisbo de esperanza con un par de días soleados. Pero todo se fue al garete. Y en pleno mayo hemos tenido mucha nieve, lluvia, viento y frío.  Aún no hemos podido plantar las patatas este año. Con un poco de suerte en una semana ha desaparecido toda la nieve y nos ponemos manos a la obra.

Ante estas situaciones y también con motivo de la oscuridad en  invierno, algunos noruegos huyen a otros países con sol. A esos viajes se les conoce como sydentur. Antes me costaba entender cuando me decían que tenían planeado un viaje a "Syden". No conseguía ubicar a qué país se referían. Y es que no se trata de ningún país en concreto. Syden significa todo lo que está en el Sur.

Ir de sydentur significa viajar a un país donde haya sol, luz y calorcito. Y entre los países  más populares de la lista están España, Grecia, Turquía, Italia y Croacia. Hay mucha oferta turística pensada para los escandinavos allí. En el mismo resort se encuentran un montón de familias con los niños.  Dónde yo cuelgo fotos de montañas y nieve como la gran novedad, los noruegos de Syden se pirran por las fotos de palmeras y piscinas azules. Gran Canaria por ejemplo es muy popular en Noruega. Hasta tienen una canción promocional que se llama "Granka". Los niños se petan de risa con el vídeo.



En los sydentur algunos se queman como gambas y beben cerveza. La crema solar no existe para ellos. Acaban llenos de sarpullidos pero eso no importa. La cerveza que cuesta 10 euros en cualquier bar noruego,  baja a 2-3 euros en un bar español. La verdad es que algunos se emocionan y dale a los selfies de cerveza. Otros por suerte saben apreciar la cultura que hay en el Mediterráneo. Y aparte de un buen bañito en el mar, visitan museos, van de excursión y se deleitan con las buenas tradiciones culinarias. Además se interesan por aprender un poquito el idioma del país y las costumbres de su gente. Cuando trabajaba de profesora de español me hacía especialmente ilusión tener a alumnos de este tipo.

También se habla en Noruega del Sydenlukt o el olor a Syden como algo especial. El mar, el calorcito, los grillos y quizás las tapas con su vinito conforman esa sensación. Ese olor de veranito bueno que a mí tanto me gusta y que este año no podrá ser. Cómo echo de menos a los míos. Con muchas ganas de abrazarlos cuando la situación del Corona haya pasado.

El tiempo es un tema importante en Noruega. Mientras en Barcelona es generalmente más un tema de ascensor o de situación incómoda, aquí se lo toman muy en serio. La página de la previsión meteorológica  - www.yr.no -  y su app son muy exitosas. Lo cierto es que es muy precisa y puedes confiar casi a ciegas en ella. Está también en inglés por si a alguien le interesa. Es importante saber con qué te vas a encontrar al día siguiente. Por ejemplo si  va a nevar mucho por la noche, pues te has de poner el despertador más temprano. Para quitar la nieve antes de irte al trabajo. Entre otras situaciones.

Este mayo tan  gris ha afectado al humor de muchos. A mí incluída. Por suerte los hay que conservan el buen humor. El miércoles al levantarme leí este texto de la policia en Facebook.



Traducido dice lo siguiente: "Hoy va a llegar con gran probabilidad un fenómeno meteorológico  muy poco conocido a Trondheim. El Instituto Meteorológico  nos cuenta que se llama "sol".  Este fenómeno es relativamente poco peligroso, siempre que se recuerde algo que se llama "crema solar" y "gafas de sol". Si este fenómeno perdura, hay riesgo de altas temperaturas y ausencia de nieve. Una situación  que se puede llegar a calificar como "verano". Se recomienda disfrutar de este nuevo fenómeno lo que dure. Nadie sabe cuando el sol va a aparecer de nuevo en Trondheim.  Y de nuevo, este fenómeno no es peligroso y desaparecerá de repente"

Con la llegada del sol puede suceder de todo. Hay una combinación que es como un cóctel molotov en tierras nórdicas. Que se de la circunstancia que es fin de semana / puente y va a hacer sol.  Y sí además no se puede viajar fuera del país, la locura es total.

Gente en ropa interior en sus jardines. Plantando flores o haciendo alguna reforma exterior. Muchos van caminando mirando hacia arriba en vez de frente. Para captar los rayos de sol al máximo.  Que aquí no abundan, especialmente este  año. Esto último las gallinas, los gallos y yo también lo hacemos. Y alguna vez me he metido algún que otro leñazo (ejem)


Este pasado miércoles - justo antes del puente largo - me tocó ir a la oficina. Luego recogí a los chicos. Pedazo de atasco que cogimos. Como ahora no se puede ir a la caza y captura del sol a ningún otro país, hay montones de coches con ganas de ir a la cabaña o a acampar. Y un fenómeno desconocido en Noruega. El uso del claxón. Desde que llegué aquí es muy raro oír a alguien que lo use.  Pues la gente andaba tan nerviosa con el sol y estar dentro del coche que avanzaban a lo bruto y pitaban. E incluso mímica poco convencional me regaló algún que otro conductor.  Los chicos lo flipaban y se pusieron en plan gallitos también.

La verdad es que yo también andaba ya inquieta conduciendo. Pues eso de sentir la vitamina D en la piel lo necesitaba como agua de mayo. Los niños abrían las ventanas sofocados por el calor. Yo también me derretía. Temperatura afuera: 14 grados. Veranito noruego. Al llegar a casa helado afuera.

Cómo hemos cambiado en estos siete años. Y qué rico es cuando calienta el sol, aunque no sea en la playa. Como en la  popular canción de los hermanos Rigual.

Hasta la próxima.

domingo, 10 de mayo de 2020

La leña es romántica

¿Qué es lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en la palabra árbol?. Una de las cosas más hermosas del mundo es abrazar a un árbol, o sentir su abrazo.

Me veo con doce años, caminando entre los árboles, con sus ramas a ambos lados del camino, en la Fageda d'en Jordà. Recuerdo levantar la cabeza y estirar el cuello estilo gallo porque no alcanzaba bien a ver la copa de los árboles. Aún puedo escuchar cómo se balanceaban las ramas al compás. Tropezar con las raíces centenarias y caer de bruces contra el suelo también está en mis experiencias de vida. Rodillas llenas de arañazos, mercromina y tiritas forman parte de mi álbum de infancia.

Asimismo recuerdo los picnics que organizaba mi madre en el pinar del Regatxal. Con la manta de cuadros en la hierba y las fiambreras a rebosar. La algarabía de familia numerosa. A mi padre protestando por las moscas. Las escapadas aventureras con mi tío Chimo, mis hermanas y mis primas al bosque. Haciendo cabañas caseras y cogiendo piñas en el bosque.

Como olvidar las ciruelas jugosas en Galicia. Los almendros de la masía. El hogar de los pájaros. El hombre que plantaba árboles en la Provenza francesa, un cuento corto de Jean Giono que llega al corazón. La hoguera de Sant Joan. El sabor de la paella al horno de leña en las fiestas patronales de Villafranca del Cid.

Tras casi siete años en tierras nórdicas, descubrí una nueva conexión. Esta quizás más primitiva: la madera y sus posibilidades. Cómo habréis visto en fotos, la mayor parte de las casas y cabañas por estas tierras son de madera.


La madera es un material que conserva muy bien el calor, cosa imprescindible en este país. No sólo es apreciada arquitectónicamente, pero también es por una cuestión de supervivencia.

Aquí no hay gas. La electricidad es la que lo hace funcionar todo. A muchos grados bajo cero, se necesita una alternativa real que no falle. Sería una catástrofe si la luz se estropeara. La leña se convierte entonces en uno de los imprescindibles para los inviernos noruegos. Por eso la mayoría de los hogares nórdicos cuentan con chimenea u horno de fuego aparte de estufas elećtricas.

El  oficio de leñador es muy necesario y popular en estas tierras. Pero también hay un grupo numeroso de aficionados. Entre ellos nosotros. Es una sensación única el saber que te vas a calentar con leña que tu mismo te has procurado. Y luego trocear los troncos con el hacha para que quepan en la chimenea.


Eso no requiere de una tala indiscriminada, sino selectiva y estudiando bien lo que se corta, cómo y cuándo se corta. La pena es que en Noruega no hay unas leyes muy estrictas en cuanto al cómo. Y a veces es triste ver auténticos destrozos. Se convierten bosques en un cementerio de troncos cortados y malas hierbas.

Los leñadores  noruegos dicen que la madera calienta tres veces: Al serrar el árbol,  al apilar los pedazos y cuando se está delante de una hoguera. Puedo dar fe de ello. Por ejemplo el uso del hacha te deja con unos sudores impresionantes. Se suelta también una de adrenalina que ni imaginaba. Y eso también te regala como aficionada unas agujetas que para qué. Los niños también tienen su hacha y a veces nos echan una mano.

Dos consejitos prácticos para no lesionarse. Separar las piernas y dejar caer el hacha en ángulo recto.


                                           Vikinga total, dándolo todo

El apilamiento de la leña es todo un mundo.  Aquí el intento número uno:

Y  aquí el resultado final tras desmoronarse nuestra pequeña obra de arte. Opción  casera: Con palés y bolsa de la tienda de granjeros.


"El libro de la madera" ("Hel ved" en noruego) de Lars Mytting explica muy bien todo el tema de la madera. Con muchas fotos de las mil y una maneras de apilar la leña. Al parecer fue un superventas la traducción al español en 2016 según me acabo de enterar.

Cuenta este escritor que la provisión de leña era una forma de mostrar el amor por parte del hombre a su mujer tradicionalmente. En vez de flores, la moda romántica en Noruega en otros tiempos era la leña. En su libro también incluye una clasificación bastante antigua de la personalidad de tu marido según su modo de apilar la leña.

Curioso ¿verdad?. Pues algo queda de todo esto. En Noruega, los sentimientos amorosos y los sentimientos en general se demuestran más con hechos claros y concretos que con demasiadas palabras.

Hasta la próxima

viernes, 1 de mayo de 2020

Tiempos inéditos

Tras un fin de semana largo en Barcelona entre familia y amigos, regresé el 9 de marzo a mi otro hogar en Buvika. Con mis tres chicos, nuestra gata y...nuestros 16 pollos (luego os cuento, jeje)

Ya no pude entrar en la oficina con motivo del Corona. Mi jefe me dio el ordenador  en la calle. A trabajar desde casa se ha dicho. En la oficina trabajan entre 5-6  personas de 25 que somos en el departamento. Alguien ha de haber pues es el departamento de urgencias sociales. Yo sólo he tenido que ir un día a cubrir durante la Pascua, pero el resto en casa.

Es innegable que el Corona ha cambiado nuestras vidas. En casa somos afortunados por conservar el trabajo y tener la oportunidad de teletrabajo.

Asimismo tenemos suerte porque podemos ir de excursión y respirar el aire puro cada día en contraste con el confinamiento en Catalunya. Pienso mucho cada día en mi familia y mi gente allí.

 
Los supermercados noruegos tienen normas de higiene (el antibac - desinfectante de manos - es la estrella) y de distancia (2 metros). Pero la mascarilla no se valora como imprescindible.

Muchos negocios han tenido que cerrar, pero camino a los dos meses desde que todo empezó las cosas están cambiando. Muchos restaurantes ofrecen comida para llevar y algunos empiezan a abrir al público. Las peluquerías abrieron con gran éxito el 27 de abril. El mayor, que es un coqueto con el tema "pelos", fue a pedir hora, y le han dado el día 13 de mayo.

También se ha calmado el abuso de algunos por comprar masivamente (hamstring en noruego, inspirado en los hámsters) El gobierno se pronunció muy rápido al respecto y hubo muchas campañas para intentar cortarlo de raíz.  Costó un poco, pero ahora las cosas están mucho más tranquilas. Los productos estrella para los noruegos,con el miedo inicial, fueron el papel de water, la harina y todo tipo de jabones desinfectantes. 

Los chicos reciben sus deberes por internet y  se comunican con sus profesoras a través del chat, los hangouts y el correo electrónico. Los adultos hacemos de maestros como mejor podemos. La profesora del mayor organiza un pequeño desayuno on-line  los días laborables y todos los niños entran a saludar. La del pequeño es muy original. Siempre tiene un montón de ideas que hacen la escuela en casa más llevadera.

El plan noruego es seguir volviendo a las rutinas gradualmente si no hay una escalada importante de contagios / bajas repentina. Eso ha traído buenas noticias a casa, pues el pequeño ya volvió a la escuela el lunes. Se puso más feliz que una perdiz.  Hemos recibido mucha información al respecto y eso da tranquilidad. Los han dividido en grupos reducidos, distancia de dos metros y con trapitos desinfectantes en cada pupitre.


                                                     Fuente: FB Sjetne skole

Y también hay muchas actividades escolares en el exterior (más que adentro). Como por ejemplo, fabricar un hotel para insectos o un tres en raya el pasado miércoles:


                                                   

                                                  Fuente: FB Sjetne skole
 

 
El mayor, que tiene doce años, aún no ha podido volver al colegio. Él ya está en el grupo adolescente, que son los últimos en la lista en Noruega. El ministro de educación les dio las gracias recientemente por lo estoíco de la espera. Esto a través de un discurso muy bonito dedicado a todos los adolescentes. Mi compañera bloguera Irma os lo cuenta con detalle. También traduce el discurso al español. Pinchad aquí si os interesa.  La verdad es que emociona.

Una de las cosas que más llama la atención en la gestión de la crisis noruega es que los políticos hablan a los niños. La presidenta del gobierno noruego ha dado junto al ministro de sanidad y un psicólogo dos ruedas de prensa para los más pequeños. Los niños envían las preguntas previamente y luego los políticos las responden un día concreto. El Ayuntamiento local también hizo una rueda de prensa con preguntas de padres, adultos y niños sobre la vuelta al colegio.

Ahora más que nunca siento que el concepto kos / koselig es importante en la vida diaria. En Pascua adornamos toda la casa. Bien colorida con arbolito incluido y huevos pintados. Preparamos buenas comidas, la Mona de Pascua, y no faltaron excursiones cerca de casa con bastante nieve.




Asbjørn y yo corremos algunas mañanas temprano junto al río del pueblo. Otros días vamos en bicicleta. El sonido del agua y el de pájaros que han regresado a Noruega han hecho que consiga relajarme 100% por  momentos. Eso de hacer de ornitóloga aficionada me llena de vida y me ayuda en los momentos difíciles también. A los chicos les hemos puesto el saltador y lo pasan pipa. Yo a veces también me meto, pero no salto con las birguerías que hacen ellos ni de lejos.

Otra cosa que me llena de ilusión es el sonido de nuestros pollos. Sí, sí. Al final, en vez de comprar gallinas adultas, recogimos los huevos de un granjero en enero. Luego alquilamos una incubadora a otra granjera. Tiempo de incubación: tres semanas. Fecha de nacimiento: 14 de febrero.

Con un microscopio muy sencillo podíamos ver si había vida en los huevos, incluso cómo se movían. El día antes de nacer algunos huevos vibraban en la incubadora. Era muy gracioso porque oíamos que algunos piaban pese estar dentro de su cascarón.  El día de su nacimiento fue como una máquina de palomitas. A su ritmo pero uno detrás de otro. Fascinante.

Mirad qué cosita...


Los tuvimos algunas semanas en la bañera...


 Y luego...al gallinero

 
Menuda tropa. 16 en total. Crecen muy deprisa y se mueven afuera como Pedro por su casa. Son descarados, curiosos alegres y muy entrañables. Buscando gusanos y cogiendo la hierba con su pico. Sus chuches preferidas el maíz y la pasta hervida. Y ya nos han obsequiado con su primer "kikiriki".


                                                     Con mi consentido, Leopold

Ahora esperando con mucha emoción a que las gallinas pongan sus primeros huevos este verano. También tocará sacrificar a algunos de ellos, porque no pueden haber tantos gallos en un mismo corral. Calculamos que nos quedaremos con las ocho gallinas y máximo dos gallos. Eso si hemos acertado el género, cosa que no es fácil.

Pese a que estamos en  una crisis (en la que somos afortunados), toda esta situación me sigue provocando inquietud y un montón de sueños raros muchas noches.  La nueva normalidad son las videoconferencias con la familia, amigos y colegas. El tiempo se ha convertido en el gran protagonista. La creatividad en otra. Como el cine a la americana que se organizó en Trondheim, o las manualidades que organizamos en casa. Pero...


Tengo días con ansiedad y tristeza junto a días con alegría y emoción. Como dice mi psicóloga, los sentimientos cambian continuamente y se entremezclan. Ningún sentimiento es permanente. Echo mucho de menos a mi padre. A veces en sueños me lo encuentro y es tan real que amanezco con lágrimas en los ojos.  Extraño enormemente el calor de los abrazos de  mi gran familia de Barcelona. Tengo ganas de estar con mis colegas y mi gente. Ansío ver el fulgor de una mirada en lugar del brillo de la pantalla.

Como dice la periodista Eva Piqué en su último artículo "És amb les mans":

 "Sóc mans perdudes que volen trobar-te" (Soy manos perdidas que quieren encontrarte). Hasta la próxima. Todo irá bien.