martes, 28 de julio de 2015

Sabor a mar

Son las diez de la noche. Las ranas croan. El mar brilla a la luz de la luna. La brisa me trae el olor a sal. Tomo el ascensor y bajo a la calle. Treinta grados me acompañan. De repente huelo el pescadito frito que están preparando en el chiringuito y diviso a la gente charlando. Brindis de cerveza calman la sed. Farolillos de papel iluminan de forma tenue las conversaciones La música pachanga suena. Es la magia de las noches de verano en cualquier lugar del Mediterráneo. 

Estoy disfrutando de mi última semana de vacaciones en mi tierra natal, concretamente en Cambrils, un lugar lleno de recuerdos y que me ha visto crecer todos y cada uno de los veranos desde que cumplí los trece años. Ha sido una semana reparadora con mis padres y mis niños así como parte de mi familia. Con la maleta más pequeña que he hecho en mi vida. Y es que con dos vestidos y el bikini no me ha hecho falta mucho más.

En los bancos varios adolescentes tontean entre ellos. Se me escapa una sonrisa. Los impulsivos a estas edades suelen triunfar. Siempre quise ser más impulsiva, pero me tocó ser racional y así sigo hasta la fecha de hoy.  Aunque el emigrar a Noruega me ha regalado ciertas dosis de atrevimiento hasta ahora desconocidas para mí. 

Por las mañanas el sol me ciega la vista algunas veces,  pero puedo admirar el agua del mar azul a rabiar y los destellos en ella. A su vez, los veleros atraviesan el Mediterráneo con sus velas viento a toda popa. Y el chiringuito abre de nuevo. 

Se oye la algarabía de la gente en la playa y los primeros chapoteos de algunos críos (los míos incluídos) en la piscina. Curioso cómo se sorprenden al oír sus nombres cuando los llevan otros niños. En Trondheim están acostumbrados a que su nombre sea único, mientras que en Cataluña no dejan de ser nombres populares y comunes.

Estas vacaciones también he visitado dos ciudades más, Barcelona y Bilbao. En Bilbao pude hacer un sueño realidad. Ver a Muse en directo. 

                                                           En el BBK

Tengo la piel de gallina aún.Un directo de esos que te dejan la boca abierta y no la puedes cerrar en muchos días. La guitarra y la batería impresionante. Y con el piano casi me derrito jeje. Aguanté como un pepe tres horas guardando un buen sitio. Pillé un dolor de espalda de aúpa pero como dice el dicho "sólo se vive una vez" También conocí otros grupos que he incorporado a mi lista de favoritos. Comí muuuchos pintxos, y los acompañé con txacolí. Y  visitamos la ciudad.


                                          Concierto de Muse. Una de esas cabezas soy yo.                                           

En Barcelona sentí mariposas en el estómago al visitar mi antiguo trabajo, y alegría de ver que algunos de mis temas seguían por allí. Asimismo compré un montón de materiales para enseñar español, libros, cartas, juegos. Así me renuevo y revitalizo las clases. Por último, sentí también la felicidad de tener las amigas que una puede desear. Y ver a mi familia, algo que no tiene precio.

                                                           Un mojito muy especial

Vuelvo con tres o cuatro kilos de más, pero feliz. Han sido unas buenas vacaciones. Al llegar a Trondheim luce el sol. Quince grados. Y yo que vengo en modo playero con mi minifalda, camisa y las albarcas. Al salir del aeropuerto respiro hondo y el fresquito se cala dentro de mí. Estoy en mi otra casa. Cuando llegamos el mejor amigo del mayor lo está esperando en la puerta. Es emocionante ver sus caritas de felicidad. 

Me ducho. Entro en mi habitación me pongo el pijama de algodón de manga larga. Es un gustito vestirse así y poderse tapar con el nórdico por las noches. La paz y la tranquilidad en Sjetnemarka contrasta con los ruidos de los coches y la gente de Barcelona que aún llevo conmigo. Tengo que poner a trabajar mi noruego, pero ya. El cerebro me juega malas pasadas y es cómo si lo hubiera olvidado todo. A medida que pasan las horas voy a mejor, pero espero que en un par de días más vuelva a hablar cómo antes.

Pese a llevar justo veinticuatro horas en la ciudad he recibido dos visitas hoy en casa. Y eso me hace pensar que también tengo un sitio aquí, en Trondheim. Aunque tras un mes en España me encuentro desorientada, con morriña y llena de contradicciones sobre qué me depara el futuro, tras algunas lagrimillas, sonrío. Mañana tenemos una visita muy especial en casa. Ya os contaré. Pero lo que está claro es que una nueva etapa se abre frente a mí. 

Hasta la próxima.




miércoles, 1 de julio de 2015

Entre dos mundos

Sentada con el único sonido de las cigarras como compañía.  Al atardecer algunas hojas forman un corro y giran al ritmo de la suave brisa que acaricia este lugar. Caliente y seca a diferencia del frío y húmedo aire de Trondheim al que estoy habituada. 

A veces un pavo real de la finca vecina hace demostración de su señorío con grandes aspavientos. Otras se puede escuchar como balan las ovejas a lo lejos, y al perro que controla el rebaño.  Los niños juegan tranquilos. Pau está tomando fotografías. Y yo siento la inspiración para escribir estas líneas. 


Aunque con poca frecuencia, algunas veces se oye algún avión que se dirige hacia el aeropuerto. Lo imagino lleno de gente con pretensiones diversas. Personas alegres, tristes, expectantes, soñadoras...

No hay ni una sola nube en el cielo desde que llegué aquí. El sol brilla radiante y numerosos árboles frutales son mi vista más preciada.  Algunos limones asoman entre las ramas, amarillos a rabiar. Me hacen pensar en lecturas de Lorca. Y en limonada fría. Muy fría. Además, tengo dos ayudantes de primera.


Más de treinta grados hacen que una necesite poca ropa por aquí. Una camiseta de tirantes es el atuendo perfecto. Mi pelo se ha rizado de forma natural como nunca lo había hecho antes. He redescubierto, divertida, un montón de pecas que ya tenía olvidadas. 


Cuando el calor me extenua nada mejor que un buen chapuzón en la piscina. Y luego no puedo evitar devorar una tarrina de helado de avellana.  Me he acostumbrado a Noruega y las altas temperaturas no son habituales allí. Aunque tengo sangre mediterránea, hay que reconocer que con las temperaturas fresquitas de Trondheim se duerme mejor.

Pese a riesgo de sonar menos idílico, el agua también refresca sobremanera las previsibles picaduras de los mosquitos y otros insectos mediterráneos. Como cada verano todo tipo de bichos me anuncia su llegada de forma triunfal. Aunque este año se han cebado menos de lo habitual conmigo, en mi mochila no falta repelente y calmante local. A los críos los han acribillado, pero, tras una noche de perros, las picaduras empiezan a curarse. Y con todo el armamento que llevamos, ya no han vuelto a picarles de nuevo. 

Por las tardes solemos visitar diferentes calas. Sumergirme en el mar me gusta más, si cabe, que en la piscina. Ver los peces y las rocas bajo los pies es algo que me fascina. El gusto salado en los labios y la revolución de mi pelo.  Cierro los ojos y congelo el momento en mi mente. Me siento bien.


A los niños les encanta hacer castillos con la arena. La gente los mira entre curiosa y divertida porque usan tres idiomas: catalán con Pau, español conmigo y noruego cuando juegan algunas veces. 

Cuando llega el turno de conectar con la civilización y la gastronomía todo es agradablemente familiar. Curiosamente tomo fotos de la comida pensando en mis alumnos de español de Trondheim y en Spansk med Lidia. 

Conversaciones espontáneas en una plaza, el ruido de la cocina, personas que se encuentran y se saludan efusivamente... Gente riéndose a carcajadas por las calles. Pedir un quinto o una caña. Beber una copa de vino mientras el sol se pone.  Observar maravillada cómo la puesta de sol y las estrellas enseñan que la noche está aquí, mientras pienso que mis amigos en Trondheim están disfrutando, a su vez, del sol de medianoche. 


Situaciones peculiares de los primeros días en mi tierra natal, como que te pregunten si te gusta la comida en tu lengua materna y respondas "Ja, ja, jeg liker..." Y de repente te des cuenta que estás contestando en noruego. 


Volver a reconectar con la tranquilidad de entender absolutamente todo. Poder hablar con la naturalidad de un nativo de frente, de espaldas o haciendo el pino puente. Pero comprobar con ilusión que, a su vez, soy capaz de entender a algunos noruegos que están de vacaciones familiares como nosotros aquí.  Discretos y respetuosos. Igual que en Noruega.

Hace pocas semanas me di cuenta que muchas cosas han cambiado en mí. Más que nunca me hallo entre dos mundos. Pero pese a inevitables contradicciones internas, hay cosas y personas que me hacen feliz en ambos. 

Gracias a la isla de Mallorca por unos días de tranquilidad y paz los cuatro solos. Unos días en un entorno maravilloso, lleno de bonitos detalles de los propietarios de la finca.

El verano justo acaba de empezar.



lunes, 8 de junio de 2015

Take it slow

Hoy ha salido el sol tras bastantes días de lluvia y viento en Trondheim. Es 8 de junio y estoy de aniversario en el blog.

Dos años contando historias, reflexiones y experiencias sobre la vida en Noruega. Estoy contenta, aunque ahora mismo recién inicié una fase de "take it slow" hasta el mes de agosto.  Sigo poniendo toda la carne en el asador aquí, pero, a la vez, reconozco que estoy agotada. Así que toca parar y descansar para coger fuerzas de cara al verano-otoño.

Este fin de semana ha sido tranquilo, he estado por el barrio. Un tur relajado, una tarde de bingo y yatzy...

No faltó una película divertida sin pretensiones: Un engaño de lujo. En francés con subtítulos en noruego (es lo que tiene Netflix)  Confieso que el francés es un idioma que me fascina desde hace años. Algún día espero poder encontrar el tiempo para aprenderlo por placer. Hice un curso cuando iba a la Universidad y me encantó. 

Asimismo la semana pasada acabé las clases en la escuela. Estuve traspasando toda la información a la profesora titular, con la que tengo la suerte de coincidir en otros eventos en la ciudad. Y me despedí de las colegas, que han hecho de la sustitución algunos de los meses más bonitos a nivel laboral para mí en Trondheim. 

Para los alumnos de la colega a la que sustituía organicé una competición de palabras en relación con la comida. Pollo y cerveza son las que más triunfaron, sin lugar a dudas.  Fue divertido. Y  también vimos la película de Una casa de locos (trata sobre una experiencia erasmus en Barcelona). Viendo las imágenes de Barcelona, la verdad es que me emocioné. Ahora ya se cumple medio año desde que pisé sus calles por última vez, así que con ganas de las vacaciones de verano. Parte de estas las pasaremos allí. ¿Quizás a 36 degrees como Placebo?


También finalicé el curso de español con dos alumnos de Spansk med Lidia. Ahora me quedarán cuatro estudiantes hasta final de junio con los que disfrutar. Además este miércoles el curso de yoga llega a su fin. Empiezan las fiestas de verano en Trondheim y el espíritu pre-veraniego se extiende por toda la ciudad. 

El jueves estuve de voluntaria en la fiesta de verano de la barnehage, organizando un juego para los críos. Ensayé todas las versiones de felicitación en noruego previamente (Supert, du er flink, imponert...) Lo cierto es que pasé muy buen rato, y me reí mucho.

Por último, con esta entrada me doy también una pausa en el blog. Feliz verano a todos los que me leéis.

Carpe diem, tempus fugit.



martes, 2 de junio de 2015

El tiempo vuela

El tiempo vuela. Dos años en Noruega y casi dos años desde que escribo en el blog. No me parece que haya pasado tanto tiempo. La vida se consolida en Trondheim. Este segundo año también ha sido muy activo. Pero me noto situada y adaptada tanto a la ciudad como a  la cultura noruega.

A diferencia del año pasado en que celebré mi primer aniversario trabajando en los cruceros, este lo hice en una fiesta de cumpleaños. De hecho, mi primera fiesta de cumpleaños adulta y por la noche. Lo pasé muy bien y aparte de la gente que conocía, tuve la oportunidad de conocer a otras personas. Cocktails, vino, cerveza, pastel y buena compañía: la mejor combinación. Y sobretodo la ilusión que una amiga noruega me invite a una fiesta.

Este año he dado un salto importante con el noruego. Puedo mantener conversaciones más largas, cosa que me ha permitido entablar relaciones con más gente de aquí. Y eso me gusta. He pasado el nivel intermedio de noruego y ahora me voy encaminando hacia el superior. A ver si el año que viene os puedo decir que es fluido. En agosto vuelvo a retomar el idioma con un nuevo curso, que también tendrá una parte de noruego jurídico. 

Una de las cosas que junto a la evolución del idioma ha sido determinante para mi, es el participar en el programa laboral de Kulturkoordinator el pasado otoño. Finalmente, además de haber conocido personas fantásticas allí,  me siento segura de mí misma. Sé crear y luchar por las oportunidades hoy, y a su vez alejarme de situaciones tóxicas y difíciles que me estaban empezando a engullir hace poco tiempo.

                                          Las mariposas me siguen fascinando e inspirando :)

No tengo un trabajo estable, pero me siento orgullosa de haber trabajado como becaria jurídica, y de trabajar actualmente unas doce horas semanales de profesora de español. Es agotador porque son personas diferentes en horarios y sitios dispersos, pero merece absolutamente la pena. La semana pasada empecé con mi alumna más joven hasta ahora en Spansk med Lidia. Tiene seis años y medio es muy espabilada. Cantamos, bailamos "cha, cha, cha" para aprender los números, fabricamos helados de papel...Ya os contaré más detalles. Pero trabajar con niños es algo que me encanta.  

Asimismo el trabajar en la escuela estos tres últimos meses, me ha ayudado mucho a tener una estabilidad parcial dos días por semana. He conocido a otras profesoras muy majas. Además he podido establecer cierta relación con los adolescentes. Hoy ha finalizado la sustitución, pero me han llamado para trabajar esta semana también como sustituta de otra compañera en la misma escuela.

También me ha ayudado mucho el yoga, la bicicleta y el tener algunos amigos (pocos pero buenos que es lo que a mí me gusta)

Lo que se apunta como más complicado de residir en el extranjero, es el tener a la familia y algunas personas especiales tan lejos. Pero eso creo que a todos los que estamos fuera de nuestro país de origen nos sucede.

Y la comida. Como buena mediterránea, la añoro mucho. Para acabar dejo con un fragmento de la deliciosa película "Como agua para chocolate", que, aunque es mexicana, refleja la misma cultura del amor por la comida de una forma bellísima.

                                          Ojo si no la habéis visto (contiene muchos spoilers)

Hasta la próxima


  


sábado, 23 de mayo de 2015

Diversión

Pasó el 17 de mayo, el Día Nacional de Noruega. Fue muy bonito. Este año nos quedamos en el barrio. El mayor desfiló con la escuela y el pequeño con la barnehage. Aquí lo tenéis con sus amigos y la bandera.


Muchas banderas, gente vestida con el traje típico (bunad) y música recorrieron Sjetnemarka. La verdad es que es una fiesta bonita, porque la gente es la protagonista absoluta.


Os remito a la entrada del año pasado, pinchando aquí

Después del desfile en el patio del colegio había actividades para los críos. Dentro se habían habilitado varias cafeterías. Así que tomamos pastel y estuvimos hablando con los vecinos. Luego volvimos a casa e hicimos barbacoa. 

Los niños pueden comer tanto helado como quieran ese día. Y yo como me siento como una niña, también me apunté al carro. Con los dulces tengo mucho peligro.

También fui a ver un espectáculo de flamenco, donde bailaba una amiga. Fue precioso, en especial el baile con la bata de cola. Además vino un grupo noruego que canta tanto canciones de flamenco propias como españolas. La verdad es que fue  muy koselig que dicen aquí. Y escuchar música en directo y en español me emocionó. Especialmente la canción de "Volver"


En la escuela esta semana fui "kul" (cool) y no "dårlig" (el equivalente a "chunga") que dicen los adolescentes, porque les puse ayer dos vídeos musicales que triunfaron. Como estamos dando el cuerpo humano, trabajamos la canción de " Para bailar esto es una bomba" Y luego de regalo la canción "Macarena" No es mi estilo de música, pero verlos contentos me hizo ilusión.

Asimismo me han salido bastantes lecciones de español con Spansk med Lidia hasta la tercera semana de junio. Así que ahora a descansar este fin de semana largo.

Hasta la próxima :)




jueves, 14 de mayo de 2015

Celebraciones y otras historias

Jueves y fiesta. Mayo es el mes con más celebraciones en Noruega. Y aunque mañana no es fiesta oficial, muchos se lo cogen libre. La escuela cierra, así que empiezan unas "mini" vacaciones de cuatro días, con la celebración del Día Nacional de Noruega este domingo 17 de mayo. Muchas familias aprovechan para reunirse y pasar el día juntos (padres, hijos, nietos...) Yo aunque los tenga lejos pensaré en ellos y brindaré a su salud.

                               Una de mis fotos preferidas con mis hermanas Carla y Berta.

Este año no podremos bajar al desfile grande del centro de Trondheim, porque en el barrio organizan uno y los niños participan con la escuela y la barnehage. Están muy emocionados. Aunque no llevarán bunad, irán arreglados con camisa y pantalón. Y también llevarán la bandera noruega.

Yo me he comprado un par de vestidos de fiesta negros. Cortos para poder usarlos en más de una ocasión. Haga el tiempo que haga me pondré uno. Me hace ilusión. Y zapatos con un poco de tacón. Con mucho tacón me mato. Eso lo dejo para mi hermana pequeña que tiene mucho más estilo que yo en el arte de caminar con zapatos altos.

Después del desfile, habrá fiesta en el barrio con algunas actividades típicas para los niños y "pølser, kake og is" (salchichas, pastel y helado)

Estos días también se ven muchos russ (estudiantes que acaban el instituto) en las calles de la ciudad. Ya os conté aquí un poco de qué va el asunto. Mi hijo mayor y sus amigos están entusiasmados con ellos. Cuando ven uno, empiezan a correr para pedirle una tarjeta. Y es que todos los russ llevan consigo una tarjeta de presentación, que es como la típica tarjeta de visita del dentista pero en versión divertida.  Es una tradición de hace muchos años.  También es muy habitual que los niños pequeños se vuelvan locos por coleccionarlas como los cromos de Pokémon o de fútbol.



Hablando de fútbol finalmente el mayor se tomará una pausa, porque le coincide con piscina. La semana pasada acabó el curso de natación de los sábados. Está tan contento que le hacía ilusión seguir en el segundo nivel. Pero ahora no hay curso los sábados, sino que se organiza un intensivo hasta junio dos tardes por semana. Y dio la casualidad que coincidía con el fútbol. Le tocó elegir.

Cambiando de tema, hemos puesto una comedera para los pájaros en el jardín.  Ya han empezado a venir. Aprovechando que hay muchos libros de pájaros en primavera en las librerías he ojeado algunos. Si no me equivoco,  nuestros clientes habituales son dos pájaros que se conocen como "kjøttmeis" y "gråsporv" respectivamente. La verdad es que es todo un mundo. Me encanta aprender cosas nuevas.



También estuve escuchando canciones de Suede hace pocos días. Especialmente los primeros discos en que el piano está muy presente. Es un instrumento que siempre me ha fascinado. Recuerdo en la escuela que hice varios años de solfeo y piano. Justo lo dejé cuando aprendí a tocar con las dos manos. Debía tener unos diez años. Y ahora no recuerdo apenas nada. Quizás algún día me anime, quién sabe.

                                          Aún tengo el cassette :) 

Asimismo, últimamente me inspiran canciones de mi tierra, especialmente los grupos musicales Manel y Blaumut. Describen la cotidianidad de la cultura catalana de una manera fantástica, especialmente Manel.

Hablando de idiomas, hace pocos días tuve la ocasión de oír un comentario desafortunado de otro español sobre el acento de los catalanes cuando hablamos español.  Sigo sin entender ese "humor" recurrente de algunos españoles (no todos afortunadamente) contra el acento de los que hablamos dos lenguas maternas en España. Si algo tiene España, es que cada región tiene un acento español diferente, y todos y cada uno de ellos tienen su encanto. Además, sigo pensando que cuántos más idiomas uno maneja, más mundo, personas y culturas conoce.

                                          "Benvolgut" (Manel)

También estoy escuchando mucha música española para animar las clases de español tanto en la escuela como en Spansk med Lidia. Tres alumnos repiten curso conmigo y tengo una alumna nueva que empieza la semana que viene. Así que hay que innovar.

Ayer no hubo clase ordinaria en la escuela, sino que me tocó vigilar un examen de matemáticas. Aquí funciona diferente el tema de los exámenes y aproximadamente una vez al mes, les toca hacer un examen de algunas asignaturas o tentamen. Dura varias horas. Ayer se les veía muy concentrados y algunos nerviosos. Me acordé de los nudos que se me hacían en la tripa con algunos exámenes en el instituto.

Cuando los alumnos se sienten cansados pueden salir cinco minutos al patio acompañados de un profesor. Ya me veis a mi saliendo con tres adolescentes al patio a vigilar. Alucino con lo altos que son aquí tanto chicos como chicas. Me siento chiquita, chiquita.

¡Hasta la próxima! ¡Feliz 17 de mayo!


  

lunes, 4 de mayo de 2015

Estrellas

Hoy, aprovechando que estoy acatarrada de sofá y manta en casa, me he regalado un día tranquilo. Y quizás un tanto filosófico.

He empezado a recuperar la lectura de algunos de mis autores favoritos en español y he encontrado un poema que me ha hecho reflexionar.

Me he decidido a compartirlo en las redes. Se trata de  "Los Encuentros de un caracol aventurero" de Federico García Lorca. Tiene un contexto ligado de forma absoluta a la vida del autor. Pero como lo bonito de la poesía es que en ella caben interpretaciones personales, me ha hecho pensar en diferentes experiencias vividas (buenas y no tan buenas)

Admito que he sonreído con su lectura y he recordado que las estrellas brillan también para mí. Y todo ello pese a los obstáculos en el camino, que, a veces, impiden verlas con claridad.