viernes, 8 de enero de 2016

Retorno a Trondheim

Se acabó el 2015 y empezó el 2016. Un par de semanas en mi amada Barcelona no podían faltar. El viaje de ida fue un poco pesado. Con cinco horas de escala en Amsterdam. Al final los niños se subían por las paredes. Pero en el aeropuerto hay montado un chiringuito tipo Museo de la Ciencia. Y entre eso y todas las tiendas y chocolatinas habidas y por haber, el tiempo acabó pasando.

Al llegar a Barcelona una oleada de calor me invadió de inmediato. Quince grados son atípicos en diciembre, pero no molestan. Enseguida la algarabía de coches, y ruidos diversos, algunos algo estridentes, gente a los lados, delante, detrás... Estoy realmente en Barcelona.

Al día siguiente fui a ver a mi mamá. Es una de las emociones más grandes del año para mí. Aprovechó para darme mi regalo de cumpleaños. Un ejemplar de El Principito. Por increíble que parezca no tenía ninguno en casa. Lo leí prestado de la biblioteca en su día. Las ilustraciones me parecen especialmente lindas y originales. Y del texto, qué decir... ya sabéis que es uno de mis favoritos. Lo devoré de nuevo en pocas horas una noche. Con la comida de mi madre y la compañía de mis hermanos fue un día para recordar. Y por la noche cena y charla con dos grandes amigas. Un día redondo. Igual que el día de Navidad con mi familia.


También ha habido ocasión de visitar el barrio Gòtic y Ciutat Vella.  Me encanta perderme allí, y en la Barceloneta. Sus edificios antiguos, las callejuelas y ese olor a pan, chocolate y dulces tan típico. Volví a entrar en las tiendas de discos de la calle Tallers. Recuerdo que allí compré mis primeras entradas para los conciertos de Suede y Placebo. Fue un subidón ver tanta buena música en los escaparates. Y en vinilo. También entré con los chicos en una tienda llena de peces de colores. Un espectáculo para la vista.


Hubo tiempo de visitar Lunatic y la pizzeria Nova Fontana, dos de mis lugares predilectos en la ciudad. Y también de ver la nueva de Star Wars y tomar un chocolate calentito.

Debí ser buena este 2015 porque tuve algunos regalos. Unas marionetas, dos libros de pintar, lápices de colorear y unos auriculares...Ya tengo deberes para este 2016.


En mi paladar quedan los mil y uno sabores de las tartas que prepara mi hermana Berta. Eso sí que es un buen regalo. Vuelvo con una buena panza y un poquito afónica de tanto hablar.


Regresar a Trondheim fue una odisea. 26 horas de puerta a puerta. Se retrasó el primer vuelo desde Barcelona a Amsterdam y la conexión fue imposible. Un caos. Cola de dos horas para solucionarlo. Los críos con los pelos de punta. La escala de cinco horas de la ida fue una broma al lado de esto. Por suerte KLM respondió bien. Pagaron la noche de hotel en Amsterdam con cena y desayuno y nos recolocaron lo antes posible en dos vuelos al día siguiente.

Muy cansados, pero finalmente llegamos a Trondheim la tarde del martes. Al pasar de Holanda a Noruega, llega la tranquilidad de una forma evidente. Mucho más silencio, menos verjas en las tiendas, y poca sensación de control...La famosa confianza noruega que tanto me enamora.

Impacto al salir del avión en Trondheim y esos once grados bajo cero que te cortan la respiración. Como si de un reflejo se tratara, me coloqué mi gorro, mi buf y me sentí muy feliz al poner el primer pie aquí.

Hoy ha sido el día más frío desde que me trasladé a vivir a Trondheim. Diecisiete grados bajo cero.


La experiencia es impresionante y muy hermosa. El día ha amanecido bellísimo. Sin ninguna nube. Al respirar profundamente me he sentido increíblemente viva.  Y a eso de las siete de la tarde un manto de estrellas iluminaban mi barrio. Y es que los mejores placeres de la vida no se pagan con dinero.

Hasta la próxima



6 comentarios:

  1. Me'n alegro molt de què l'estància a Barcelona hagi estat tan emocionant. Escolta, això del "manto de estrellas" és molt bonic. Jo, quan surto a córrer pel matí i encara és de nit, sempre miro a veure si veig alguna estrella. Normalment, en tot el que portem d'hivern, la boira no deixa veure res més. Però si algun dia he vist la lluna i (Venus?) m'ha semblat molt poètic també.
    Per cert, vols més coincidències?? A mi també m'han regalat uns auriculars!!!
    Petons

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    1. Gràcies Yolanda! No sé d'on em va venir la idea del "manto" però em va semblar una paraula bonica i poètica per l'entrada. Espero que la boira doni treva i aviat puguis veure moltes estrelles. Quina casualitat això dels auriculars! Sí o sí aquest 2016 ens hauríem de conèixer cara a cara. Ho deixo caure jeje. Petons preciosa.

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    2. SÍ!!! Estaria molt bé :)
      Ei, saps que a lo millor el diumenge vaig a un concert de Belako? Venen a Lleida!!!

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    3. Ja m'explicaràs si hi vas. Passa-t´ho molt bé! :)

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  2. Siempre un placer leerte, feliz 2016 :)

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    1. Gracias Rubén. Un placer tenerte como lector. Feliz 2016 :)

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