miércoles, 28 de enero de 2015

Hijica

- Hijica dáme un beso antes de irte.

- Sí,  claro que sí, abuela.

Ella me estrujó fuerte y me deseó suerte para el examen. Recuerdo aún el olor de la crema que usaba a diario. A continuación, empujó la puerta asegurándose que  desde dentro quedaba cerrada. Algo que he heredado jeje.

Vivía mis estudios y todo lo que me pasaba con ilusión y expectación, o preocupación si algo no salía bien. Siempre estaba allí para lo bueno y para lo malo.

Ya han pasado tres años desde que nos dejaste. Pero sigues ahí conmigo.



2 comentarios:

  1. Un relato corto que dice mucho :)
    Unos seres entrañables, las abuelas. Y que bueno haberlas tenido :)

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    1. Mi abuela siempre está ahí por tiempo que pase. Un abrazo Toril :)

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