jueves, 10 de marzo de 2022

Haz de tu día un buen día

Feliz cumpleaños, papi. Este año me he decidido por celebrarte cuando empezaste tu vida. Al levantarme he sabido que en cierta manera estabas detrás de ese cielo tan rosa.

 Y me he dicho: Haz de tu día un buen día. Camino a la oficina me he reído pensando en las anécdotas que la mami nos contaba a todos sobre ti ayer. La del mapache y el muffin de Canadá se llevó la palma. Menudas risas.

He ido a la oficina y he disfrutado y reído con las historias de los colegas. Feliz viendo que me siento con más energía por cada día que pasa. Ahora he subido el porcentaje y estoy trabajando un 64%.  También entreno tres veces por semana: Piscina, zumba y boot camp. La terapia me está ayudando mucho. A sacarlo todo, aunque duela. Pasito a pasito sé que lo voy a conseguir. 

La vida me ha puesto un reto hoy.  Una situación desagradable. Pensar en ti y en lo que tú hubieras hecho me ha dado fuerza. Sé que a ti también te costaba demostrar tu valía, y que al final siempre lo conseguías. Y he hecho lo que yo creo correcto. Sé que no soy perfecta, pero me he dado una palmadita en la espalda. Por mi coraje. Por seguir mis principios. Orgullosa de ser quién soy.

He querido hacer el día especial y me he regalado un ratito en el centro de Trondheim. Un día realmente soleado me ha sonrojado las mejillas, y me ha puesto el alma contenta. He pensado en ti y he ido a tomar algo con una amiga. Las buenas amigas es uno de esos privilegios de la vida que nunca me cansaré de agradecer. 

 

Tras mi cita me he acercado a la biblioteca y he comprado por primera vez tres cuadros. De una pintora iraní con una historia de vida muy interesante. Os los enseño en otra entrada.  Ha sido emocionante.

Asbjørn y Adrià me han recogido en la parada de bus a las cuatro, y nos hemos ido a casa. Pronto pastel de chocolate en tu honor. Arnau ya se relame.

Muchos abrazos y besos. Se te sigue extrañando

No hay comentarios:

Publicar un comentario