lunes, 27 de enero de 2014

Mala pieza

- ¡Mala pieza! - exclamó ella, mientras se oía cómo caían uno a uno todos los hilos de su costurero.

- Yo no he sido - dijo una voz risueña.

- ¡Cómo te coja vas a ver! - le respondió.

Pese a su edad avanzada, siempre lo cogía de un revuelo, y lo reñía cariñosamente por haberle desmontado su más preciada caja de herramientas. Y el pequeño, travieso, se dejaba querer. Los lunes, miércoles y viernes de cada semana.

Ella es una pieza de mi puzle personal, y uno de los primeros recuerdos de mi hijo Arnau. Hoy se cumplen dos años desde que nos dejó. Y sólo puedo darle las gracias. Si pudiera mirar por la ventana de nuestra casa en Noruega, como hacía en Barcelona, estoy segura de que le encantaría.

¡Hasta siempre, abuela!

4 comentarios:

  1. precioso, tan sencillo y tan real, me parece que esta pasando ahora mismo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Meri. Es una de las muchas cosas bonitas que me quedan de ella. Besos.

      Eliminar