domingo, 30 de junio de 2013

Verano

¡Por fin de vacaciones unos días los cuatro! Toca olvidarse del reloj. Los días fluyen con calma y relax. Si pienso en mi infancia y en la palabra verano, en este momento, visualizo la paella de caracoles de mi abuela Celia. Caracoles de esos pequeños rayados como una cebra. También caracoles grandes, y con la cáscara marrón. Cuando íbamos a Almassora a verla siempre nos regalaba un vestido hecho a mano a mis hermanas y a mi. Y mi abuelo nos llevaba a comer berberechos y cacahuetes al bar.

Hoy ha sido un día soleado, y lo hemos pasado en el jardín. Primero de barbacoa. Luego, por la tarde, hemos puesto en práctica algo que seguro que recordáis de niños. Aprovechando un basket vacío de los champiñones, lo hemos rellenado de tierra. Luego ha llegado el turno de poner las judías. Finalmente, Arnau las ha tapado con tierra. Un poco de agua y ¡a esperar! 


Aprovechando la vena jardinera, he lavado dos botellas de cerveza y las he convertido en un par de jarrones improvisados. 


Vi la idea en una tienda de decoración hace pocos días. Venden botellas de vidrio vacías de todos los tamaños y colores. A veces, cuelgan en ellas algún detalle coqueto, o las llenan de piedras de colores. También las ponen en cajas de madera o dentro un cesto forrado sin más.

¡Buenas noches!







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